
En los últimos años, la idea tradicional de familia ha experimentado una transformación profunda. Lo que antes solía ser común, una estructura compuesta por madre, padre e hijos, ha dado lugar a una amplia diversidad de modelos familiares. Con estos nuevos formatos, también han surgido distintas formas y estilos de crianza que responden a las necesidades y realidades actuales.
Desde la perspectiva de la psicología, crecer con padres emocionalmente ausentes puede afectar significativamente el desarrollo emocional y cognitivo de los niños .
Especialmente la ausencia de una figura paterna puede impactar profundamente en el bienestar general y el desarrollo emocional de los niños. Al no contar con un padre como modelo o guía, muchos pequeños experimentan un vacío afectivo que suele traducirse en emociones intensas y confusas, como tristeza, frustración o enojo.
Según la psicóloga Cresty de la Torre "Si no te dieron amor porque tuviste papás que no se conectaron emocionalmente contigo, que es esa herida del abandono, después tú no sabes amarte, porque te traicionas. Transiges contigo y transiges contigo cuando no puedes decir que no, cuando te invitan a un lugar y te da pena decir que no, cuando le andas cuidando las emociones a los demás. Eso que hicieron contigo, ahora es lo que tú te haces. Se llega a una verdadera sanación cuando te vuelves consciente de esto.
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Según estudios , esta carencia también puede reflejarse en su autoestima, que podría verse debilitada por la falta de reconocimiento o apoyo paternal. Los niños podrían sentirse ignorados o poco valorados, desarrollando una sensación de abandono.
La psicóloga sanitaria y fundadora de Fleurir Psicología, Esther Vázquez Hurtado, señala que "Una presencia activa, esto es, conectados a nivel emocional, cognitivo y corporal, por parte de los padres y madres, resulta fundamental para el desarrollo afectivo, mental y físico del niño".