Fredy Guarín , exfutbolista colombiano, se mostró visiblemente conmovido en una entrevista con Los Informantes de Caracol Televisión , al hablar sobre su difícil batalla contra el alcohol. Acompañado de lágrimas, el exjugador del Porto, Inter de Milán y Shangai Shenhua compartió su arrepentimiento por los errores del pasado y su deseo de empezar una nueva vida, enfocada en vivir un día a la vez.
Guarín recordó los días de gloria en el Porto, cuando su nombre ya comenzaba a sonar en Europa, pero también cómo el éxito comenzó a ir de la mano con los excesos fuera del campo. "Empecé a ganar mi nombre en Italia. Ya empezó un tema fuera del campo, empecé a hacer silencio el estadio", relató, refiriéndose a cómo el alcohol comenzó a influir en su vida sin que él lo notara.
A pesar de sus problemas, en el terreno de juego seguía siendo un referente, anotando goles y obteniendo ovaciones. Sin embargo, su lucha interna crecía. "Yo lo manejaba muy bien, me emborrachaba dos días antes del partido y yo llegaba y funcionaba, ganábamos, hacía uno o dos goles", explicó, reconociendo que esa era su forma de lidiar con su "cargo de consciencia".
Pero los excesos se extendieron más allá de las fechas de partido, afectando su entorno familiar. "Ya no era solo dos días antes de cada partido... Tomaba en la casa, en la discoteca, en el restaurante", confesó y aseguró que ya no podía ocultar el daño que estaba causando, tanto en su vida profesional como personal.
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Su paso por el Shangai Shenhua en China fue una etapa donde los problemas se intensificaron. "En China sí supe lo que era el alcohol de verdad", relató, mencionando cómo sus días se llenaban de entrenamientos seguidos de alcohol. La situación empeoró hasta llegar a un punto en el que el futbolista se abandonó por completo, buscando adrenalina y riesgo en lugares peligrosos, como favelas en Brasil, durante la pandemia de COVID-19.
Con el aislamiento de la pandemia, la relación con el alcohol se convirtió en un ciclo destructivo. Guarín llegó a consumir hasta 70 cervezas en una sola noche y reconoció que estaba completamente perdido, sin ningún rumbo claro. "Me la pasé borracho 10 días por completo, me quedaba dormido del cansancio y me levantaba con una cerveza al lado", recordó con tristeza.
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Finalmente, tras tocar fondo, el exfutbolista decidió regresar a Colombia para estar cerca de su familia, pero la tormenta no terminó ahí. En su regreso al país, Guarín fue noticia no por sus logros deportivos, sino por un video que lo mostraba esposado, borracho y en pánico en la casa de sus padres. "Era la muerte o la cárcel", confesó, con la voz quebrada, refiriéndose a ese episodio que lo marcó profundamente.