Margarita Rosa de Francisco escribió una dura columna en el periodico El Tiempo sobre los abusos sexuales, en especial, de niños y con ella reveló una confesión.
En el escrito, que crítica a los hombres que abusan de menores de edad, describe como empezó a vivir los abusos departe de un empleado de su papá que , en ocasiones, la cuidaba a ella y a sus hermanos. Era su conductor.
El texto lo empezó con la famosa canción que han recitado cientos de mujeres a nivel mundial y que se ha venido escuchado recientemente. A través de su letra empezó a contar su historia.
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"Y la culpa no era mía (tenía ocho años), ni dónde estaba (dentro de un carro), ni cómo vestía (un vestido con canesú y cuello redondo). El violador fuiste tú, muchacho. ¿Cuántos años tendrías? Calculo que por ahí unos veinticinco. Conducías el carro de mi papá. Siempre me llamó la atención que fueras pecoso y pelirrojo", escribió Margarita Rosa de Francisco.
"En Cali no se veía a nadie así. “Lo que pasó” contigo no sé si me lo he inventado. Todavía me pregunto si más bien se trata de una fantasía que tuve al sentir tus ojos tan fijos sobre mí aquella tarde en que me estaba bañando en la piscina de la casa de mi tía con mi hermano y un amigo suyo", relató Margarita.
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"Se te veía muy acalorado, apoyado en la baranda que rodeaba la terraza; me imagino que por eso te desabotonaste la camisa y empezaste a pasearte de un extremo al otro y a fumar", escribió Margarita.
En otro aparte de la columna, Margarita relataque todo empezó porque el hombre le ofreció enseñarla a conducir, luego de un día de piscina.
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"Claro que quiero aprender a manejar. Ya me visto. Ya me pongo las medias y los zapatos de trabilla. Ahorita la vuelvo a traer, tranquila; la voy a llevar a una calle donde no haya carros, es mejor. ¿Por qué estamos yendo tan lejos? Eh, pero si se va a poner así de nerviosa no va a aprender", relató Margarita Rosa.
"Delante de mí veo una carretera en línea recta. La vía al aeropuerto. Mi compañero dobla a la izquierda. Por fin, un camino despejado en la mitad del valle. Siéntese aquí (sobre tus piernas). Agarre el timón que yo me encargo de lo demás", narró Margarita, quien en su columna aseguró que un violador "es un sistema de abandonos".
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Escuche aquí el debate en Mañanas BLU sobre esta columna:
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