Este hombre de 63 años pensó en un principio que había muerto. "Fue debido a un error de identidad", dijo a la AFP, en la capital británica, durante una manifestación el domingo para pedir la liberación de las 240 personas retenidas, según las autoridades israelíes, por el movimiento islamista palestino.
Pero los tests de ADN de la persona que se creía que era Emily, no correspondían a la niña. "Luego tuvimos un testigo visual, que vio cómo los terroristas la llevaban en una furgoneta a Gaza" tras el ataque al kibutz Beeri, continúa su padre.
A ese lugar, en Israel, este hombre nacido de Irlanda se mudó con 32 años. Y lo califica de idílico.
"En serio, era el paraíso en la tierra. Tengo la suerte de haber disfrutado del paraíso durante 30 años, hasta que fue barrido" en aquel "día aterrador".
Ese ataque sin precedentes de Hamás dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, el 7 de octubre, según las autoridades israelíes. Desde entonces, los bombardeos de represalia en la Franja de Gaza han dejado 13.000 muertos, según fuentes palestinas, entre ellos más de 5.500 niños y 3.500 mujeres.
El 7 de octubre, su hija acababa de pasar la noche en casa de una amiga. "Solo había hecho eso dos veces", ya que normalmente es ella la que recibe al haber "mucho sitio" en casa de su padre, viudo desde que la madre de Emily murió debido a un cáncer, cuando la niña tenía dos años y medio.
El viernes, el noveno cumpleaños de Emily estuvo marcado por varias manifestaciones pidiendo la liberación de los rehenes, como ocurrió en Londres.
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