Las autoridades sirias han sido acusadas de abusar y dejar morir a detenidos en un hospital militar de Damasco, que se utilizó para encubrir actos de tortura contra los prisioneros
Los prisioneros enfermos que eran enviados al Hospital Militar Tishreen en la capital raramente recibían atención médica, en su lugar, enfrentaban abusos y torturas brutales por parte del personal de seguridad, médico y administrativo del hospital
El informe, titulado "Enterrados en silencio," abarca abusos desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011 hasta 2020, con la advertencia de que muchas de estas prácticas persisten en la actualidad
Los presos que morían debido a la tortura o las condiciones precarias de detención eran llevados al hospital y luego enterrados en fosas comunes cerca de la capital
El informe revela que no se realizaban autopsias y que el hospital emitía certificados de defunción con información falsa, citando causas como paros cardíacos, ataques cerebrales o fallos renales
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