El impacto del k-pop trasciende las fronteras de Corea del Sur, ya que ha conquistado las listas de éxitos internacionales y ha generado una subcultura global de fans
Sencillos ritmos de electrónica y dinámicas coreografías interpretadas por multitudinarias formaciones de jóvenes uniformados, conocidos como "idols", son los ingredientes del "k-pop", el pop surcoreano que es un fenómeno mundial de fans, que hoy recibió con gran expectación el primer tema en solitario de Jungkook (BTS)
Originada a principios de los años noventa por la fusión de la música popular coreana con las influencias de la industria estadounidense, este estilo musical de creciente popularidad entre la generación z ha conquistado las listas de éxito occidentales con grupos como Blackpink, Seventeen o los mundialmente idolatrados BTS
Actualmente en período de descanso hasta 2025, esta última formación ha logrado una fama internacional reflejada en su visita en 2022 a La Casa Blanca o en su comparación en cifras a los Beatles, con cuatro álbumes número uno en EE.UU
La inclusión de BTS junto con Blackpink en la última edición del festival californiano de Coachella evidencia una popularidad también presente en las carreras en solitario de algunos integrantes: es el caso de Jungkook, el miembro más joven, quien lanzó este viernes su primera canción en solitario, "Seven"
El próximo 22 de julio el estadio Metropolitano de Madrid acogerá el KPop Lux, considerado el "mayor festival de k-pop del mundo", que se prevé atraiga a unas 45.000 personas y contará con un mínimo de seis bandas
No obstante, la industria musical surcoreana posee también su reverso oscuro: el carácter comercial de estas formaciones las convierte en productos surgidos de exigentes procesos de selección y entrenamiento
Partiendo de lo anterior, el suicidio de artistas en torno a la veintena como Moonbin (del grupo Astro), de Jonghyun (Shynee) o de Goo Hara (Kara) ha alarmado a los clubs de fans
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