Por medio de un comunicado emitido en la tarde de este jueves, los cinco consiliarios (miembros de la junta directiva) del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario anunciaron el despido de Alejandro Cheyne como rector de una de las universidades más antiguas de Colombia y Latinoamérica.
“Nos permitimos informar que la Consiliatura del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario ha determinado la desvinculación del doctor José Alejandro Cheyne García, como rector de la Universidad del Rosario, a partir de la fecha”, reza el comunicado.
Los consiliarios señalaron que el actual vicerrector, Gustavo Adolfo Quintero, asumirá como rector encargado, quien deberá convocar un nuevo proceso de elección según establecen las constituciones de la universidad.
Y es que la situación al interior de la histórica universidad del Rosario era cada vez más compleja y amenazaba con afectar la reputación de uno de los centros de estudios de mayor reconocimiento del país. En los últimos días, se había intensificado una discusión sobre los posibles malos manejos que estaría haciendo el actual rector Alejandro Cheyne, lo que desató asambleas estudiantiles, concentraciones en diferentes escenarios de la universidad, comunicados y hasta una diligencia del Ministerio de Educación que se llevó a cabo en la mañana de este lunes.
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El malestar de los estudiantes incluyó denuncias de presunto endeudamiento desbordado, crisis financiera, tráfico de influencias, despidos injustificados de profesores de alto nivel, creación de facultades sin criterios técnicos, compra exacerbada de edificios que aún no son usados y deterioro de la calidad de uno de los centros de investigación más importantes del país.
Dentro de los temas que se trataron en la asamblea están la mala estructuración del gobierno de la universidad, los despidos injustificados de la docencia y otro personal de la universidad, sumado a los actos de censura, la mala gestión financiera, teniendo en cuenta la interrupción de la construcción de edificios como la Torre 3 y los laboratorios de Mutis, falta de transparencia frente a los mecanismos administrativos de manejo económico en la universidad, desfalco de dinero en diferentes áreas, como los servicios de alimentación a los estudiantes por el recorte de presupuesto a las dependencias y sobre pólizas de salud mental y el servicio médico en general, insuficiencia de medios de representación para solucionar problemáticas, falta de financiación de salidas de campo y otras actividades académicas que están siendo cargadas a los profesores y estudiantes
Durante la última semana se expidieron varios comunicados, especialmente de profesores de las facultades de la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Humanas, quienes estaban pidiendo abiertamente la renuncia del rector y la revisión de los órganos de gobierno de la universidad, que se remontan a la fundación en 1653.
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Adicionalmente, desde la facultad de Economía, 16 profesores hicieron una revisión de los estados financieros y lo que encontraron es que la universidad hoy no cuenta con liquidez para pagar sus pasivos corrientes, ha aumentado exponencialmente su índice de endeudamiento, no puede pagar los intereses de un préstamo de 120.000 millones de pesos y una caída en las inversiones en títulos y una prevalencia en inversiones en propiedades.
La conclusión de estos 16 profesores es que sí hay un problema de solvencia en la universidad que han buscado resolver con despidos y austeridad en otros gastos esenciales y que, aunque es una medida de corto plazo, los problemas podrían llegar en 2025 cuando se deba empezar a pagar el capital de los préstamos solicitados por el rector Cheyne.
A esas presiones se sumaron cinco exrectores de la universidad (Guillermo Salah Zuleta, Rafael Riveros Dueñas, Hans Peter Knudsen, José Manuel Restrepo y María del Rosario Guerra), quienes en la tarde ayer tuvieron dos reuniones por aparte: una con Cheyne y otra con cuatro de los cinco consiliarios (Merlín Patricia grueso, Martha Woodcock, Alvaro Salcedo y Alejandro Useche). En dicho encuentro, los exrectores le pidieron a Cheyne hacerse a un costado para garantizar un proceso de recuperación de la confianza, gobernabilidad y continuar con la buena marcha de la institución.
Además, también se sumó otro comunicado de cinco colegiales que hicieron parte de la elección de Alejandro Cheyne: Andrea Ezqueda Mendoza, Sarah Garcés Anzola, Antony Ortiz Suárez, George Samudio Clavijo y Camila Zapata Mercado; quienes también pidieron la renuncia, pero además solicitaron la revisión del gobierno universitario de cara a que sea más representativo y con equilibrio de poderes.
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