América Latina se enfrenta a un preocupante nivel de rezago educativo , especialmente, en las áreas de matemáticas y lectura. Según un estudio reciente, aproximadamente el 75 % de los jóvenes entre los 15 años tienen niveles mínimos de matemáticas y el 50 % tienen niveles mínimos de lectura, pero ¿a qué se debe este rezago y cómo se puede mejorar?
Al respecto habló Emanuela Di Gropello, gerente de Práctica de Educación en América Latina y el Caribe del Banco Mundial. En diálogo con Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, señaló que existen diversos factores que contribuyen a esta situación; en primer lugar, la necesidad de priorizar los aprendizajes básicos y pedagógicos, especialmente en lectura y matemáticas, pues sin una adecuada enseñanza en estos aspectos, “será difícil lograr mejoras significativas”.
En segundo lugar, añadió, es fundamental aplicar métodos y enfoques pedagógicos efectivos, que "realmente fomenten el aprendizaje de los niños y jóvenes". Di Gropello resaltó la importancia de medir los resultados obtenidos en el aula como una forma de evaluar la eficacia de estos métodos.
“Realmente el estudio está mostrando un nivel de rezago muy elevado, tanto en matemática como en lenguaje, en particular. Prácticamente el 75 % de los jóvenes de 15 años que están por debajo de niveles mínimos de matemáticas y 50 % que son por debajo del nivel mínimo de lectura. Hay varias razones por esto, tal vez tres o cuatro factores; uno es el tema de priorizar. Hay que ir priorizando mucho más en la región, los aprendizajes básicos en lectura, antes de todo, y en matemática, sin priorización realmente va a ser difícil mejorar”, explicó.
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Por otro lado, dijo que es crucial brindar "apoyo a los maestros", asegurando que estén bien formados y cuenten con el respaldo necesario para enseñar de manera efectiva. Además, es necesario invertir en su desarrollo profesional continuo.
La tecnología también puede desempeñar un papel importante en la mejora de la educación. Sin embargo, indicó, su utilización debe ser adecuada. Las escuelas deben estar conectadas, contar con los dispositivos adecuados y los maestros deben estar capacitados para integrar la tecnología de manera efectiva en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ese sentido, precisó, es necesario desarrollar competencias digitales tanto en maestros como en alumnos, para garantizar un uso adecuado de las herramientas digitales.
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En cuanto a la relación entre el estatus económico y el rendimiento educativo, el estudio reveló que el 46 % de los estudiantes más ricos tienen bajo desempeño, mientras que el 88 % de los estudiantes más pobres también muestran bajo desempeño. Esto demuestra que el estatus económico influye significativamente en los resultados educativos. Por eso, mencionó que es importante invertir en escuelas públicas, que suelen tener menos recursos y menos oportunidades de desarrollo, para cerrar esta brecha.
En términos de género, si bien no se encontraron diferencias significativas en las habilidades de matemáticas entre niños y niñas, existe una pequeña brecha que se atribuye a los estereotipos de género presentes en los materiales educativos y a veces, en las actitudes de los docentes, explicó.
Emanuela Di Gropello enfatizó en la necesidad de un fuerte compromiso político con la calidad de la educación, dando prioridad a los aprendizajes básicos y promoviendo prácticas pedagógicas efectivas. Además de extender las horas de aprendizaje en las escuelas y mejorar la formación de los profesores.
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