La crisis que ocultan algunos estudiantes que se beneficiaron del programa 'Ser Pilo Paga ' hoy en día empieza a cobrar factura. Lo que empezó como una oportunidad de vida para muchos jóvenes del país que querían estudiar, para 6.956 terminó siendo una pesadilla completa.
Blu Radio conoció el caso de Catalina Hodgson, una joven de San Andrés y Providencia quien en el 2016 logró ser beneficiada del programa del gobierno Santos: ‘Ser Pilo Paga’, para estudiar en Bogotá en una universidad privada la carrera de derecho.
Lo que ella y sus padres no sabían es que esa oportunidad se convirtió en una crisis de depresión por el cambio drástico que tuvo al irse a otra ciudad y sin la garantía de un acompañamiento psicológico. En un momento, pasó del calor de la playa y la compañía de su familia, a un apartamento frío con subsidio del Estado y completamente sola.
“Dejar todo tirado atrás, dejar todo lo que conoces atrás para moverte a una ciudad tan grande como es Bogotá, con un contexto cultural muy diferente es complicado. La soledad me pateó de una forma que hasta entré en depresión”, le dijo Catalina a Blu Radio.
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Uno de los debates que generó el programa, desde su comienzo, fue si era conveniente sacar de sus ciudades a los mejores bachilleres para traerlos a las grandes universidades, en contextos socio culturales y económicos muy diferentes y, aunque la mayoría de los beneficiarios lograron terminar, un considerable número de estos enfrentó preocupantes prácticas de discriminación y acoso en las universidades.
“El impacto más grande que tuvieron los estudiantes fue en el tema de la adaptación económica, social y cultural. Fue un gran problema que un muchacho de provincia viniera solo a Bogotá a estudiar en una universidad privada en donde sus compañeros van a ser completamente diferentes. Además, se presentaron casos de bullying”, mencionó Carlos Mauricio Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana.
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Una de las alternativas que encontró Catalina después de casi tres años de estar estudiando derecho, una carrera que por las condiciones terminó odiando, era acabar con su vida porque sabía que le iba a quedar una deuda grande con el Icetex, ya que no quería acabar con sus estudios.
“Yo dije: bueno, una de las formas en la que pueden condonar la deuda es sí la persona se muere. Yo dentro de mi tragedia y mi depresión pensé en no querer más esto para mi vida y no le iba a dejar a mis padres, como 100 millones de pesos en deuda con el Icetex”, explicó.
Según las cifras del Observatorio de la Universidad Colombiana, de los 39.363 estudiantes matriculados en la historia de 'Ser Pilo Paga’, 6.956 estudiantes no terminaron el programa. Esto es casi el 18 %.
“A la fecha, el Icetex tiene adelantados procesos de cobro del crédito a 4.052 estudiantes, porque un requisito de pagarles la carrera era que la terminarán, si no, se deberá devolver el dinero que el Estado invirtió”, añadió Lopera.
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Por el bien de Catalina y su familia, ella decidió irse a Estados Unidos con otros familiares a buscar trabajo y poder pagar la deuda que está en más de 80 millones de pesos. Ahora trabaja de bartender, gana lo suficiente y su plan es estudiar allá administración hotelera y turística: una carrera que si ve como proyecto de vida.
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