En Colombia, la educación privada enfrenta una de las crisis más significativas de los últimos años. Durante el 2024, más de 26 colegios privados cerraron en Bogotá, según la Secretaría de Educación
, mientras que a nivel nacional, 769 instituciones educativas privadas han cesado operaciones en el último año y medio, ¿qué está causando esta preocupante tendencia? Aquí, las cinco principales razones:
Disminución de la tasa de natalidad
La reducción de nacimientos en el país es un factor clave. Según el Dane , en 2024 se registró la cifra más baja de nacimientos en una década, con solo 145,416 nacidos vivos entre enero y abril. Este fenómeno, observable desde hace años, ha reducido significativamente la demanda de colegios, afectando la sostenibilidad de las instituciones privadas.
Aumento de la deserción escolar
El sistema educativo también enfrenta un creciente problema de deserción. Entre finales de 2022 y comienzos de 2023, aproximadamente 470,000 niños abandonaron la escuela, según el Ministerio de Educación Nacional. Esto ha reducido aún más la base de estudiantes inscritos en colegios privados, especialmente en zonas urbanas.
Crisis económica y costos elevados
Los costos de las matrículas y demás servicios asociados a los colegios privados, como transporte, materiales, alimentación y tecnología, han llevado a muchas familias a optar por alternativas más asequibles. La pandemia acentuó esta situación, pues numerosos hogares experimentaron una disminución en sus ingresos, haciendo insostenible el pago de educación privada.
Preferencia por la educación pública
La percepción de mejora en la calidad de la educación pública ha influido en la migración de estudiantes hacia este sector. Además, durante la pandemia , los colegios públicos garantizaron servicios como alimentación, mientras que los privados no lo hicieron, lo que reforzó la confianza de las familias en la educación estatal.
Cambios en las dinámicas educativas y culturales
La población migrante, en especial los niños venezolanos que habían compensado la baja natalidad en el pasado, ha disminuido en el país. Por otro lado, el interés en colegios laicos y menos tradicionales está en aumento, lo que ha debilitado la posición de instituciones religiosas que no han adaptado sus enfoques educativos a las necesidades contemporáneas.
Este panorama desafía a los colegios a replantear sus modelos educativos para responder a las expectativas de las familias y garantizar su viabilidad a largo plazo.