El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, por eso, todos los años en esa misma fecha se recuerda a las víctimas de esta forma de odio.
Según la Defensoría del Pueblo, en lo que va corrido del 2022 ya se han registrado 248 casos de violencia en Colombia contra la comunidad LGTBIQ.
“De ese total, 119 fueron mujeres transgénero, 13 hombres transgénero, 37 mujeres lesbianas, 14 mujeres bisexuales, 61 hombres gay, 3 hombres bisexuales y un caso de una persona intersexual”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo. Por otro lado, la organización Caribe Afirmativo informó que ya van 25 personas de la comunidad LGBTI asesinadas, 14 eran hombres homosexuales, nueve lesbianas y nueve mujeres trans.
Manuel Velandia es activista y pionero en esta lucha. En 1989 recibió sus primeras amenazas por su investigación sobre hombres homosexuales y personas trans asesinados por grupos al margen de la ley. Años después la intimidación siguió y en 2001 tuvo su primer atentado, razón por la cual fue el primer hombre homosexual reconocido víctima por la Unidad de Víctimas.
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Velandia explicó cuáles pueden ser las razones de este odio injustificado. Según dijo, “la homofobia y transfobia se ven como problemas de la convivencia, pero son el resultado de la educación que niega el reconocimiento del otro”.
“La otra o le otre como una auténtica persona. Por eso no podemos crear espacios en que se eliminen, vulneren, violenten o incluso asesinen a quienes piensan, sienten y viven distinto”, añadió.
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A diario, las personas que se identifican con la comunidad sufren de violencia y discriminación, que puede tomar varias formas como la exclusión social, insultos y violencia psicológica cuando se les niega el acceso a la educación, trabajo o, en el peor de los casos, el asesinato o suicidio.
Por eso, Aurora Iglesias Lara, activista transamazónica y lideresa social, expresó que la transfobia, homofobia, bifobia y lesbofobia es un riesgo para las personas LGBTI, por lo que “hay que desmontar esos mitos, esos prejuicios que se usaron en la guerra y que se continúan usando para aniquilar la diferencia desde los grupos armados, desde la violencia institucional y la violencia social para violentar los derechos de las personas” al no reconocer los derechos que se tienen.
Agregó que la manera de combatir este odio es desde la educación, que las instituciones acepten la diversidad de género.
“Que no se oculte, sino que haya una garantía de los derechos para los niños LGBTI, es una realidad que no se puede ocultar. Que haya espacios libres de discriminación en el territorio nacional porque, casos como el de Sergio Urrego, no se pueden repetir”.
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Por esta razón, cada 17 de mayo quienes hacen parte de la comunidad piden respeto, igualdad y garantía de sus derechos, buscando que cada vez sean menos las víctimas agredidas o asesinadas por ser o sentir diferente.
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