El reconocido artista colombiano Fernando Botero falleció a la edad de 91 años, dejando un legado artístico imborrable. Su partida ha conmovido a Colombia y al mundo entero, y su hija, Lina Botero, compartió detalles sobre las últimas semanas de la vida del maestro y su profundo compromiso con su obra y su país.
Lina Botero reveló que su padre murió después de una breve, pero delicada batalla contra una pulmonía. A lo largo de su vida, Botero dejó una huella imborrable, regalando a su nación dos museos y numerosas obras filantrópicas que han enriquecido el patrimonio artístico de Colombia.
“Desde que murió Sofía, su compañera del alma, su compañera de 48 años de vida, ella murió el 5 de mayo, tuvo un bajonazo muy duro. (…) Mi papá estaba muy delicado de salud, llevaba ya varios años con un Párkinson rígido eso le dificultaba caminar, le dificultaba comunicarse y le dificultaba también tragar. Desarrolló una pulmonía en los últimos cinco días, empezó a toser muchísimo el sábado cuando regresamos del estudio estaba muy cansado, el domingo no fue al estudio. Llegó un momento en que se le estaba dificultando mucho respirar”, dijo Botero en Mañanas Blu
La hija del artista relató que tras llevarlo al hospital murió esta mañana. Asimismo, manifestó que habría manifestado la voluntad de no alargarle la vida mecánicamente y que murió tranquilamente.
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Lina Botero compartió cómo su padre siempre llevó a Colombia en su corazón, a pesar de haber vivido fuera del país durante muchos años. Pasaba ocho horas al día en su estudio, donde creaba su arte inspirado en sus recuerdos de infancia y las imágenes de Colombia que lo acompañaron toda su vida. Su conexión con el país fue innegable, y ese lazo se manifestó a través de sus donaciones de obras de arte y colecciones privadas para el disfrute de los colombianos.
En el año 2000, un momento difícil en la historia de Colombia,Fernando Botero entregó esculturas y colecciones que se convirtieron en símbolos de esperanza y un impulso para el país en tiempos turbulentos. Su deseo era que los jóvenes colombianos tuvieran la oportunidad de apreciar el arte universal y comprendieran la belleza y la importancia del arte en la sociedad.
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El compromiso del maestro Botero con Colombia también se reflejó en su acceso al arte para los más jóvenes, especialmente aquellos de áreas marginadas. A través de donaciones generosas, proporcionó a los niños la oportunidad de apreciar el arte universal y ampliar sus horizontes culturales.
Fernando Botero nunca se cansó de pintar y crear, incluso en sus últimos años. Su amor por el arte y su dedicación a su trabajo lo mantuvieron activo hasta el último día. Como lo expresó en una entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu , "de pintar no me cansaré nunca, a pesar de los años". Su habilidad artística trascendió el tiempo y la edad, convirtiéndolo en un tesoro viviente de la cultura colombiana.
A pesar de vivir fuera de Colombia, Botero estaba siempre conectado con su país, siguiendo de cerca las noticias y manteniendo su compromiso con la nación. Su partida deja un vacío en el mundo del arte, pero su legado perdurará como un faro de inspiración y generosidad.
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