1-Procure mantener un desplazamiento constante:
Puede sonar contradictorio si se tienen en cuenta que las condiciones de tráfico vehicular son inciertas, sin embargo, cuando se tenga plena libertad de conducir a gusto es preciso mantener una marcha uniforme para no acelerar y frenar con frecuencia. El motor tiende a durar más cuando trabaja de forma constante, sin contar que el consumo de combustible disminuye significativamente, al igual que el desgaste de todas las piezas del vehículo.
2-Escoja un buen lubricante para el motor:
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La combustión de gasolina deteriora lentamente el lubricante del vehículo. Realizar el cambio de aceite en promedio cada 5.000 kilómetros para productos minerales y 10.000 kilómetros para productos sintéticos, ayuda a eliminar los contaminantes dañinos que se producen con la combustión y adicionalmente repone los aditivos que se hayan agotado.
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3-No permita que el tanque de gasolina llegue a su mínimo de capacidad:
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Una vez se enciende la luz de reserva, el carro cuenta con una autonomía promedio de entre 40 km y 50 km. Si bien no es estrictamente necesario acudir a una estación de gasolina de forma inmediata, lo último que se recomienda es llevar el tanque al límite pues el combustible, cualquiera que sea, tiene sedimentos que se asientan en el fondo del tanque y son succionados por el motor cuando se acumulan por bajos niveles de gasolina.
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4-Identifique posibles fugas de fluidos:
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Es de vital importancia verificar si el vehículo tiene una fuga de los líquidos -agua, aceite o gasolina- que corren por el motor. Aunque en principio puede sonar muy técnico, basta con tomarse un minuto para revisar si hay alguna mancha o rastro de fluido en el piso del garaje donde estaciona el vehículo en la noche.
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Para hacer una revisión más detallada puede abrir el capó del carro para cerciorarse que las mangueras conectadas al motor no estén desgastadas o con ranuras. En caso de confirmar la fuga, lleve el vehículo a su mecánico de confianza para que corrija el daño.
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5-Realice un mantenimiento preventivo al vehículo:
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Esta es la revisión periódica que todos los concesionarios recomiendan cada cierta cantidad de kilómetros; no se trata de una estrategia de mercado, por el contrario es un hábito que el vehículo agradecerá y garantiza el cubrimiento de la garantía estipulada por los fabricantes de los motores.