le agarró una de sus piernas mientras realizaba una investigación para un programa de televisión sobre eventos paranormales.
Todo ocurrió en uno de los castillos de Edimburgo, Escocia, donde la mujer logró percatarse de una energía extraña en el lugar. Al salir sintió que algo la tiró de la pierna y al girar se encontró con una niña llorando; acto seguido le preguntó que quién era y qué hacía allí y la niña respondió que su nombre era Annie y que su familia la abandonó en 1644.
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La niña no cesaba en su llanto porque había perdió su muñeca de trapo, por esta razón la mujer japonesa decidió comprarle una nueva para que descansara en paz y al parecer lo logró.
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Luego de este episodio, miles de personas visitan el lugar y dejan ofrendas como juguetes para que Annie descanse.