En la madrugada, muy temprano, el sargento segundo Cristian Alexánder Mora García se prepara para alistar a su hija para un día más de colegio, pero antes de pasar la puerta…, un buen desayuno, el arreglo del cabello, la embetunada de los zapatos y el alistamiento de la lonchera de Sara, tareas esenciales de su exhaustiva, pero compensatoria labor como padre soltero cabeza de hogar.
Desde niño su mamá le enseñó a ser disciplinado y organizado, dos factores que ha llevado consigo en la vida y que lo impulsaron a portar el uniforme del Ejército Nacional. Con 20 años de servicio en la institución, el sargento Mora ha estado en varias unidades en el país, como Tauramena, Casanare, en el Batallón de Infantería N.° 4 Ramón Nonato Pérez; en la Fuerza de Despliegue Contra Amenazas Transnacionales, en Bogotá, y municipios como Rionegro y Caucasia. Él actualmente se encuentra en el Comando Logístico, en la capital del país, desempeñándose en el cargo de analista operación logística de entrega.
«En 2020 me separé, quedé a cargo de la niña. Desde ese momento me dediqué a ser mamá y papá al mismo tiempo; es una tarea difícil, pero no imposible, y uno hace todo lo que esté al alcance para poder lograrlo», narra el suboficial, quien acaba de terminar su carrera como administrador de empresas y se encuentra próximo a graduarse.
La crianza de su hija le ha dejado varios aprendizajes, afirma que ha sido un camino gratificante, pero difícil a la vez; ha aprendido varias cosas como ser humano y le ha fortalecido como persona y como militar.
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Sara Camila tiene nueve años de edad y actualmente cursa cuarto de primaria, su día a día se ve apoyado por su padre Cristian, quien le ayuda a hacer las tareas y le guía en cada paso de su vida para salir adelante.
En pocos meses su padre recibirá el diploma como profesional, al tiempo que seguirá cuidando de ella, como mamá y papá a la vez, y cumpliendo a cabalidad su deber con la patria.
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