La actividad sexual de los franceses ha caído de forma significativa en los últimos años, en particular la de los jóvenes, hasta el punto de que un 24 % declara tener el contador a 0 en los últimos 12 meses, cuando en 2006 eran un 9 %.
Estas son algunas de las conclusiones más significativas de un informe del instituto demoscópico Ifop para la empresa de juguetes sexuales Leo publicado este martes, que muestra que en el caso de las personas de 18 a 24 años el porcentaje de los que declaran que no han tenido sexo en el último año ha subido ahora al 28 %, frente al 5 % hace 18 años.
Solo el grupo de edad de entre 25 y 34 años se mantiene a un nivel prácticamente igual, con únicamente un 6 % sin actividad sexual en la encuesta realizada ahora, comparado con el 5 % de 2006.
En el grupo de las personas con entre 35 y 49 años, en estos 18 años la abstinencia ha crecido del 6 % al 17 %, en el de 50 a 59 años del 10 % al 35 % y en el de 60 a 69 años del 23 al 39 %.
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Las mujeres son las que más dicen no haber tenido ninguna relación sexual en los últimos doce meses, un 26 % (eran un 11 % en 2006), aunque en el caso de los hombres el incremento ha sido de la misma magnitud, con un 22 % (frente al 7 %).
Sobre las razones de esa ausencia de vida sexual, la principal esgrimida es no haber encontrado la persona con la que tendría ganas de tener relaciones (67 % en el caso de los hombres, 61 % en el de las mujeres).
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Otra de las enseñanzas del sondeo es que entre los que sí que tienen actividad sexual, ésta es menor: un 43 % de los franceses afirman que hacen el amor una vez a la semana, cuando en 2009 eran un 58 %.
El director del departamento sexualidad de Ifop, François Kraus, habla de un cambio de ciclo con el cambio de generación, y que mientras en los años 1990 y 2000 había una "hípersexualización", ahora "se ha pasado a una sexualidad más cualitativa que cuantitativa".
Además, el entorno tecnológico y de las redes sociales ha podido conducir a una forma de "fatiga informacional" que ha supuesto un distanciamiento del sexo, como también se ha constatado un distanciamiento respecto al mundo del trabajo, cuenta Kraus en 'Libération'.
El experto habla también del impacto de la onmipresencia del porno, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, para los que los fantasmas son tan potentes en ese universo que "la realidad puede ser insulsa".
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"El porno -subraya- es una alternativa simple a una relación que sea mutuamente satisfactoria. Es menos complicado que el compromiso que implica una relación sexual antes, durante y después".