Sorpresa ha generado en Antioquia una particular técnica que usó un sacerdote para rociar con agua bendita a los fieles. Se colgó en su espalda un aspersor para fumigar cultivos y la esparció a los asistentes.
El hecho lo protagonizó el padre Juan Carlos Duque de la parroquia San Andrés Apóstol del municipio de Sabanalarga, occidente antioqueño, durante la celebración de Pentecostés. Al parecer, una técnica para que el agua bendita llegara a más fieles, quienes apoyan la idea.
“La gente en el municipio es muy católica y le encanta las actividades de los sacerdotes. Este padre desde que llegó ha hecho cosas extraordinarias y la gente lo apoya. La gente salió feliz de esta ceremonia”, afirmó Alonso Concha, habitante de Sabanalarga.
Le puede interesar: Sínodo sobre la Amazonía propondrá ordenación sacerdotal de hombres casados
Publicidad
Pero otra posición tiene el arzobispo de Santa Fe de Antioquia, Monseñor Orlando Corrales, quien dice que cada instrumento tiene su uso y el adecuado para el agua bendita es la caldereta y un hisopo. Asegura que hará dos llamados de atención al sacerdote, uno por hacerle mal uso al elemento y, por otro lado, por celebrar Pentecostés una semana antes de la fecha contemplada.
Monseñor se reunirá con el sacerdote la próxima semana para escuchar su versión y hacerle los llamados de atención para que no vuelva a suceder.
Publicidad
“No me parece este comportamiento porque cada instrumento tiene su uso para lo que es y una fumigadora es para fumigar cultivos o plagas y no para tener en la iglesia. No importa si hay mucha gente”, dijo monseñor.
Lea también: Iglesia chilena se opone a revelar secreto de confesión de violadores de niños