No existe ninguna relación entre los coágulos sanguíneos y la vacuna del covid-19 producida por el laboratorio británico AstraZeneca, defendió el lunes el director del equipo científico de la universidad de Oxford que desarrolló el fármaco tras su suspensión por varios países.
Andrew Pollard, director del grupo de vacunas de Oxford, aseguró que "hay pruebas muy tranquilizadoras de que no hay un aumento del fenómeno de los trombos aquí en el Reino Unido, donde se han administrado hasta ahora la mayoría de las dosis de Europa".
"Es absolutamente esencial que no tengamos el problema de no vacunar a la gente y correr un enorme riesgo, un riesgo conocido de covid, frente a lo que muestran hasta ahora los datos que hemos obtenido de los reguladores: ninguna señal de un problema", subrayó en declaraciones a la Radio 4 de la BBC.
Irlanda y Holanda se sumaron el domingo a la lista de países, principalmente en Europa, que suspendieron el uso de la vacuna de AztraZeneca/Oxford por precaución.
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Anteriormente lo habían hecho Dinamarca, Noruega o Tailandia, entre otros.
El laboratorio reiteró en un comunicado el domingo que no existen evidencias de un aumento de los coágulos sanguíneos a causa de la vacuna, tras analizar los resultados de 17 millones de dosis.
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Al igual que los científicos de Oxford que desarrollaron al vacuna, AstraZeneca defendió que los 15 casos de trombosis venosa profunda y los 22 de embolia pulmonar repertoriados entre personas que recibieron la vacuna representan un porcentaje "mucho más bajo de lo que se esperaría que ocurriera naturalmente en una población general".
"La naturaleza de la pandemia ha hecho que se preste mayor atención a los casos individuales y estamos yendo más allá de las prácticas habituales de control de la seguridad", afirmó Ann Taylor, directora médica de AstraZeneca.
"En términos de calidad, tampoco hay problemas confirmados relacionados con ningún lote de nuestra vacuna utilizado en Europa, ni en el resto del mundo", añadió.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Agencia Europea del Medicamento (EMA) afirmaron que no existe evidencia de que deba suspenderse el uso de la vacuna de Astrazeneca.