El presidente estadounidense, Donald Trump , volvió este miércoles a rodearse de sus asesores en el Despacho Oval a pesar de no haber superado el COVID-19 , y describió como una "bendición de Dios" el haber contraído esa enfermedad , al asegurar que eso ayudará a "curar" a otros estadounidenses.
Seis días después de dar positivo por coronavirus y menos de 48 horas después de salir del hospital, Trump regresó al epicentro del brote de COVID-19 que ya ha infectado a al menos nueve empleados de su Casa Blanca: la estrecha Ala Oeste, un apéndice de la residencia presidencial en cuyo extremo se encuentra el Despacho Oval.
El mandatario, que según sus médicos no estará fuera de peligro hasta el próximo lunes, publicó después un video en el que afirmó que contraer el COVID-19 ha sido "una bendición de Dios".
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A MESSAGE FROM THE PRESIDENT! pic.twitter.com/uhLIcknAjT
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 7, 2020
Dijo que así ha comprobado en carne propia el efecto del cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron, que se ha aplicado a menos de diez personas fuera de ensayos clínicos.
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"Para mí no fue algo terapéutico, hizo que me sintiera mejor, yo lo llamo una cura (...). Y quiero que todo el mundo tenga el mismo tratamiento que su presidente", subrayó.
Por tanto, explicó Trump , su Gobierno planea aprobar con carácter de urgencia el cóctel de Regeneron que le administraron a él, y aseguró que se distribuirá gratuitamente.
El presidente, que hasta ahora había estado trabajando desde la residencia presidencial en el segundo piso de la mansión, grabó su video fuera del Ala Oeste.
Allí, en el Despacho Oval, se reunió poco antes con su jefe de gabinete, Mark Meadows; su subdirector de comunicaciones y redes sociales, Dan Scavino, y posiblemente otros funcionarios, dotados de equipos de protección personal, según varias informaciones de prensa.
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"Podemos interactuar con él a distancia y la gente puede llevar mascarillas, anteojos o guantes, o lo que se necesite", dijo poco antes Brian Morgenstern, uno de los portavoces de la Casa Blanca.
Meadows ya había reconocido unas horas antes que Trump había presionado este martes a sus asesores para ir al Despacho Oval, una petición que, de acuerdo con el Washington Post, su equipo rechazó por no saber cómo garantizar un regreso seguro al espacio constreñido del Ala Oeste.