
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos infectados, cuya letalidad varía dependiendo de factores como el acceso a atención médica y las condiciones de salud del paciente. En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social ha emitido una alerta nacional ante el alarmante aumento de casos y muertes por fiebre amarilla en 2025.
En particular, el Tolima, donde se originó el brote en octubre de 2024, se ha convertido en el departamento más afectado, con 47 casos confirmados, de los cuales 21 han resultado fatales, lo que representa una tasa de letalidad extremadamente alta del 44,7 %. Esta cifra refleja la gravedad de la enfermedad y subraya la importancia de prevenir y tratar adecuadamente los casos, ya que la fiebre amarilla puede ser mortal si no se detecta y trata a tiempo.

La letalidad, en este contexto, hace referencia al porcentaje de personas que mueren a causa de la fiebre amarilla tras haber contraído el virus. Un índice de letalidad del 44,7 % es preocupante. Los casos se concentran en áreas rurales, particularmente en veredas cercanas al Parque Natural Regional Bosque de Galilea, un foco de origen selvático, lo que refuerza la necesidad de intervenciones en estas zonas y resalta el riesgo que representa la enfermedad en las zonas tropicales.
En respuesta a la crisis, el Ministerio de Salud ha intensificado la estrategia de vacunación, habiendo administrado más de 10. 000 dosis en todos los municipios y en especial en el Tolima. Además, dada la cercanía de la Semana Santa , las autoridades temen un aumento en los casos debido al incremento de desplazamientos hacia zonas rurales y tropicales, por lo que recomiendan a los viajeros vacunarse al menos 10 días antes de su desplazamiento.