La pandemia del coronavirus ha afectado a miles de personas, entre ellas, a las personas con cáncer. Y es que las secuelas de esta enfermedad respiratoria pueden influir negativamente en la supervivencia y progresión de la enfermedad oncológica.
De acuerdo con un estudio publicado por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica, el 30% de los pacientes con enfermedades en la sangre no tenían anticuerpos capaces de prevenir la infección tras la vacunación. Es por esta razón que la inmunidad lograda por las vacunas contra el COVID-19 en personas con cáncer es significativamente más débil que en el resto de las personas.
En el estudio los científicos analizaron la respuesta inmune tras las tres dosis de varias vacunas en 401 adultos con cáncer activo o recientemente tratados. Las vacunas que se incluyeron en la prueba fueron: Moderna, AstraZeneca y Pfizer.
¿Cuáles fueron los resultados?
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Por un lado, los investigadores determinaron que solo el 3,2% de los 256 pacientes con tumores sólidos carecían de anticuerpos capaces de neutralizarel COVID-19 y prevenir la infección. Además, las tasas de reacciones graves fueron bajas y las interrupciones del tratamiento del cáncer fueron poco frecuentes, mientras que la mayoría de los pacientes experimentó efectos secundarios leves como dolor en el lugar de la inyección.
Por último, los investigadores concluyeron que la mayoría de las infecciones graves por COVID en pacientes con cáncer, ocurrían luego de seis meses de aplicada la vacuna, lo que quiere decir que tendría una disminución de la eficacia en el tiempo de aplicada.
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