La crisis del desabastecimiento de medicamentos en Colombia ha alcanzado un punto crítico, afectando a miles de pacientes con enfermedades de alto costo. En diálogo con Mañanas Blu, Néstor Álvarez, presidente de la Asociación de Pacientes de Alto Costo, afirmó que "ni el Gobierno ni las EPS están interesados en resolver la escasez de medicamentos".
El contexto de la protesta
El martes 13 de agosto, decenas de personas se manifestaron frente al Ministerio de Salud en Bogotá , exigiendo la entrega de medicamentos esenciales. La protesta fue liderada por madres de niños con epilepsia, quienes, desesperadas por la falta de anticonvulsivantes, bloquearon la carrera 13 para llamar la atención del Gobierno.
"La carrera tres la bloquearon las madres porque nos decían que el ministro estaba fuera de Bogotá, que los viceministros estaban fuera y que nos iba a recibir una persona de un nivel más inferior", relató Álvarez sobre la situación.
Esta protesta culminó en una reunión de aproximadamente tres horas con el viceministro de Salud, durante la cual se discutieron las preocupaciones de los manifestantes.
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"Lo más triste es que no hubo soluciones claras; el ministro solo nos atendió brevemente y luego nos dejó con la directora de medicamentos", dijo. A pesar de la reunión, la sensación general entre los asistentes fue de frustración, al sentir que sus demandas no fueron escuchadas ni tomadas en serio, según explicó-
Las causas del desabastecimiento de medicamentos
El desabastecimiento de medicamentos en Colombia no es un problema nuevo, pero se ha agudizado en el último año. Álvarez identificó varios factores detrás de esta crisis, incluyendo la inestabilidad en el mercado debido a la incertidumbre sobre la reforma de salud, la intervención de las EPS y la falta de capacidad de endeudamiento de las industrias farmacéuticas.
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"La industria farmacéutica no le vende toda la cantidad necesaria al canal institucional para el sistema de seguridad social en salud", explicó Álvarez, señalando que algunos medicamentos esenciales están escasos a nivel mundial, mientras que otros, producidos en Colombia, se exportan en lugar de abastecer el mercado nacional.
Esta situación se agrava por la indiferencia de las autoridades y los actores del sistema de salud. "Es un problema que ya se agudizó por la situación actual, pero que viene de un tiempo atrás sin que ni la CPS, ni la Supersalud, ni el Ministerio, ni nadie le tome la rienda al problema", destacó Álvarez.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo , dijo que la responsabilidad del desabastecimiento recae en las EPS, acusándolas de negligencia. Sin embargo, Álvarez discrepa de esta postura, argumentando que el Gobierno también tiene una responsabilidad significativa en la gestión de la crisis.
"El gobierno como ente rector, el ministerio con el Invima, con la política farmacéutica como política pública, tienen que tomar decisiones en el país, que es lo que no están haciendo", afirmó.
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A pesar de las acusaciones mutuas entre el Gobierno y las EPS, la realidad es que los pacientes son los más perjudicados. Muchos se ven obligados a comprar medicamentos en el mercado comercial, donde los precios han aumentado drásticamente.
"Medicamentos que antes costaban $120.000 comercialmente, ahora ya están a $180.000, a $200.000 tratamiento mes", explicó Álvarez, subrayando el impacto financiero sobre las familias afectadas.
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La lista de medicamentos escasos en Colombia es extensa y abarca varias patologías. Entre los más críticos se encuentran los anticonvulsivantes para la epilepsia, levotiroxinas, enalapril y soluciones oftálmicas, entre otros.
"En este momento no se están entregando a tiempo, ni completos ni continuos", lamentó Álvarez, refiriéndose a los más de 22,000 niños con epilepsia que necesitan tratamiento urgente.
Aunque algunos de estos medicamentos se pueden conseguir en el mercado comercial, muchos pacientes enfrentan problemas para recuperar el dinero gastado en su compra.
"Las EPS terminan no devolviendo el dinero, colocando todas las trabas habidas y por haber", denunció Álvarez, resaltando la falta de apoyo tanto de las EPS como de la Superintendencia de Salud en este aspecto.