A pesar de las peticiones de sus hijos para que se vacunara, una paciente no accedió por dejarse llevar de los mitos sobre la vacunación y, ahora, se encuentra en unidad de cuidados intensivos.
“Esto es lo peor, es como una tortura”, expresó la joven mujer desde una cama de UCI del Hospital Santa Clara, quien es comerciante informal que se gana la vida vendiendo dulces en las calles de Bogotá y quisiera devolver el tiempo para ponerse la vacuna y, evitar haber enfrentado la muerte debido al complejo estado de salud por culpa del COVID-19.
El miedo a las agujas e, incluso, el temor a morir por la aplicación de las dosis, eran algunos de los mitos que escuchaba de otras personas y lo que le impidió acceder a la vacunación.
El verse en esta situación la hizo reflexionar, ahora reconoce que a pesar de que sus hijos, dos recicladores que al igual que ella se la rebuscan por salir adelante, le insistían para que recibiera la inmunidad, ella siempre se negó ante esta posibilidad.
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“Ellos siempre me regañaban para que me vacunara, no hice caso y vea”, comentó mientras señalaba la situación en la que se encontraba: acostada en una cama y con dificultad respiratoria.
Según el médico Guillermo Ortiz, líder de la unidad de cuidados intensivos, estos casos son bastante frecuentes y aquellos que representan los cuadros más graves en los hospitales.
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