El gigante farmacéutico británico AstraZeneca afirmó el viernes que "no hay pruebas de un riesgo agravado" de trombos debido a la administración de su vacuna del COVID-19 , reaccionando a la suspensión de su uso como medida de precaución en varios países.
"De hecho, el número identificado de este tipo de sucesos es significativamente menor en los vacunados de lo que cabría esperar entre la población general", agregó en un comunicado.