A través de un llamado, el ministerio se une a las agremiaciones científicas, sectores académicos y la sociedad civil con el propósito de rechazar cualquier tipo de información que pretenda desacreditar la lactancia materna como práctica sana y segura para fortalecer la salud nutricional infantil.
“La lactancia materna hace parte del cuidado cariñoso y sensible, potencia la salud y el desarrollo de niños y niñas. Se identifica como la estrategia más costo-efectiva, impactando la productividad y el crecimiento económico”, reseñó Elisa María Cadena, subdirectora de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas del Ministerio de Salud.
Pruebas científicas han corroborado que los niños y adolescentes que han sido lactados tienen mejor rendimiento en las pruebas de inteligencia, con una asociación bastante buena de dosis-respuesta, obteniendo unos mayores resultados en aquellos que se han favorecido de la leche materna durante una mayor durabilidad de tiempo con mayor rendimiento escolar y el aumento de ingresos en la edad adulta.
También dio a conocer que el inicio de la lactancia en la primera hora de vida es algo crucial y se relaciona con una reducción del 44 o 45% de mortalidad neonatal de origen infeccioso y la reducción de morbilidad y mortalidad en niños durante la primera etapa de su vida. Además de ser visto como un factor que protege de la obesidad tanto en la infancia como en la etapa de la adultez, la disminución de enfermedades no transmisibles.
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Enfermedad coronaria, diabetes mellitus tipo I y II, hipertensión arterial, son solo algunas de ellas.
La funcionaria manifestó que incluso se puede dar por entendido que esta práctica es un factor protector que ayuda a prevenir la desnutrición, favoreciendo el neurodesarrollo; de igual forma favorece el vínculo madre e hijo, la compasión y el desarrollo de la empatía.
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Referente a lo anterior, la Organización Mundial de la Salud - OMS, UNICEF, la Academia Americana de Pediatría, además de otros líderes académicos, hacen énfasis en el inicio temprano de la lactancia durante la primera hora de vida y la importancia de esta práctica exclusiva durante los primeros seis meses de vida, también la continuación con alimentación complementaria por dos años.
En el contexto que se vive por cuenta de la pandemia, no se transmite el virus, por el contrario, se considera como un poderoso factor protector de los niños, especialmente en aquellos que tienen un alto riesgo de enfermar o morir.