La maloclusión dental, comúnmente conocida como "dientes chuecos", es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. En Colombia, según un estudio de la Universidad Nacional, el 87,2% de la población presenta algún grado de maloclusión, lo que evidencia la magnitud de este problema de salud oral. Aunque algunos casos pueden ser leves y meramente estéticos, otros afectan severamente la funcionalidad de la mordida y la calidad de vida.
¿Qué es la maloclusión dental?
La maloclusión es una alteración en la alineación de los dientes o la relación entre los maxilares superior e inferior. Cuando los dientes no encajan correctamente, pueden surgir problemas como dificultades para masticar, hablar e incluso respirar adecuadamente.
Tipos de maloclusión
Existen tres clases principales de maloclusión:
- Clase I: Los molares están correctamente alineados, pero los dientes anteriores presentan apiñamiento o separación.
- Clase II: La mandíbula inferior está retraída en comparación con el maxilar superior, lo que genera una sobremordida.
- Clase III: La mandíbula inferior está adelantada respecto al maxilar superior, provocando una mordida invertida.
Principales causas de los "dientes chuecos"
Diversos factores contribuyen al desarrollo de la maloclusión. Entre los más comunes se encuentran:
- Genética: La herencia juega un papel fundamental en la forma de los maxilares y la disposición de los dientes.
- Hábitos orales: Prácticas como chuparse el dedo, el uso prolongado del chupón o respirar por la boca pueden alterar el crecimiento normal de los maxilares.
- Pérdida prematura de dientes temporales: Si un diente de leche se pierde antes de tiempo, los dientes adyacentes pueden moverse y ocupar el espacio necesario para los dientes permanentes.
- Cordales o muelas del juicio: La erupción tardía y con falta de espacio de estas muelas puede empujar los dientes y generar apiñamiento.
- Traumatismos y enfermedades periodontales: Pueden ocasionar desplazamiento o pérdida de dientes, afectando la alineación general.
Consecuencias de la maloclusión
La maloclusión no solo impacta la estética dental, sino también tiene efectos en la salud y la autoestima de las personas. Algunas de las principales consecuencias incluyen:
- Dificultad para masticar: Una mordida incorrecta puede dificultar el triturado adecuado de los alimentos, afectando la digestión.
- Problemas del habla: La mala posición dental puede interferir en la correcta pronunciación de ciertos sonidos.
- Dolor mandibular: Las alteraciones en la mordida pueden generar tensión en la articulación temporomandibular (ATM), causando dolor y molestias.
- Aumento del riesgo de caries y enfermedades periodontales: Los dientes apiñados son más difíciles de limpiar, lo que incrementa el riesgo de caries y problemas en las encías.
Prevención y tratamiento
La detección temprana de la maloclusión es clave para evitar complicaciones futuras. Algunos consejos para prevenir y tratar esta condición incluyen:
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Prevención
- Hábitos saludables: Evitar hábitos como chuparse el dedo y fomentar la respiración nasal desde la infancia.
- Higiene oral adecuada: Cepillado regular, uso de seda dental y visitas periódicas al odontólogo ayudan a prevenir problemas dentales.
- Revisión dental temprana: Llevar a los niños a revisiones odontológicas desde temprana edad permite detectar y corregir problemas antes de que se agraven.
Tratamiento
El tratamiento de la maloclusión depende de la severidad del caso y puede incluir:
- Ortodoncia: Es el tratamiento más común y consiste en el uso de brackets o alineadores para corregir la posición de los dientes.
- Extracción de dientes: En algunos casos, es necesario extraer dientes para crear el espacio adecuado.
- Cirugía ortognática: Para casos severos de maloclusión, puede ser necesaria una intervención quirúrgica que alinee los maxilares.
Historias de transformación: el caso de Jhon Castro
Un ejemplo inspirador es el de Jhon Castro, un mesero bogotano que recuperó su sonrisa gracias a una intervención oportuna. Jhon había enfrentado dificultades laborales debido al estado de su dentadura, lo que afectaba su autoestima y su desempeño profesional. Gracias a la red de clínicas odontológicas Sonría, Jhon experimentó un cambio radical en su vida.
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"Sonreír es algo que todos deberíamos disfrutar sin complejos", afirma Robin Gutiérrez, gerente general de Sonría. Esta transformación demuestra cómo el acceso a tratamientos dentales puede mejorar no solo la estética, sino también la calidad de vida de las personas.