En la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Francisco, ‘Samaritanus bonus’, la Iglesia Católica reitera su férrea oposición a la eutanasia, el suicidio asistido, un tema que por estos días se ha vuelto de especial atención en Colombia ante el paso, en primer debate, de un proyecto de Ley que precisamente busca legalizar la muerte digna en nuestro país.
Según la Iglesia, “incurable no significa in-cuidable”, por lo que la eutanasia es un “crimen contra la vida humana”, además de ser un “pecado grave” y que “ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo o permitirlo”.
En tal sentido, dice la Iglesia, lo que corresponde ante una enfermedad o situación incurables es “estar con el enfermo, acompañarlo escuchándolo, haciéndolo sentirse amado y querido”, en su dolor y sufrimiento.
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En otro apartado, dice la carta que “así como no se puede aceptar que otro hombre sea nuestro esclavo, aunque nos lo pidiese, igualmente no se puede elegir directamente atentar contra la vida de un ser humano, aunque éste lo pida”. La eutanasia, para el Papa, el Vaticano, es decidir desde “el puesto de Dios el momento de la muerte” de otra persona, un grave pecado.
No se puede elegir directamente atentar contra la vida de un ser humano, aunque éste lo pida
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Finalmente, sentencia la misiva, que “aquellos que aprueban leyes sobre la eutanasia y el suicidio asistido se hacen, por lo tanto, cómplices del grave pecado", para finalizar también indicando a los profesionales de la salud que “ayudar al suicidio es una colaboración indebida a un acto ilícito”.