El Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá anunció el cierre definitivo de su servicio de atención al parto, a través de un comunicado dirigido al director de la unidad de salud de Compensar, Andrés Barragán Tovar. La medida, que entrará en vigencia en 20 días, afecta un servicio de alta complejidad que hasta ahora ha atendido una importante demanda en la capital. Según el hospital o la decisión, se basa en una revisión interna de los procesos del hospital, con el fin de garantizar la atención en áreas críticas como urgencias y hospitalización, que enfrentan una sobreocupación creciente.
“Por medio de la presente y acogiendo los lineamientos establecidos en el capítulo III, artículo 13 de la resolución 3100 de 2019, me permito informar la novedad de cierre definitivo del servicio de atención del parto, habilitado con el código 1101 bajo modalidad intramural de alta complejidad, en la sede del Hospital Universitario San Ignacio, con código de prestador 110001-09456-01. Dicha novedad será efectiva 20 días calendario contados a partir de la fecha de recepción de la presente comunicación”, señala la carta del hospital.
El cierre del servicio de ginecobstetricia no solo afectará a las madres que requieren atención en partos de alta complejidad, sino que también pondrá en riesgo la atención en la unidad de neonatología crítica, ya que los neonatos dependen directamente de estos servicios.
El exsecretario de Salud de Bogota Alejandro Gómez, advirtió que "Mi preocupación es que el cierre de las camas de ginecobstetricia va a traer consigo el cierre de las camas de neonatología crítica, hoy hay un problema urgente y es un problema de liquidez, es un problema de caja, las clínicas y los hospitales van a seguir cerrando servicios, por una razón u otra que se van a exponer desde el punto de vista público, pero en realidad lo que esconden es una razón fundamental y es que la plata de caja no alcanza”, afirmó
La situación financiera de las instituciones de salud es crítica, según Gómez, ha resultado ser un "tiro en el pie" para las clínicas y hospitales, al no proporcionar los recursos necesarios para cubrir sus necesidades operativas. Además, el exfuncionario destacó que el problema de fondo no es solo una cuestión de modelo de aseguramiento o de atención primaria en salud, sino de una profunda crisis de liquidez que amenaza con desmantelar aún más los servicios esenciales para los pacientes.
El cierre del servicio de ginecobstetricia en el Hospital San Ignacio, uno de los centros de salud más importantes de Bogotá, refleja una grave deficiencia en la gestión del sistema de salud y pone en evidencia la urgente necesidad de medidas que garanticen la estabilidad financiera de las instituciones de salud. La situación exige una respuesta inmediata, pues no solo se trata de una crisis financiera, sino de una crisis de atención que podría tener consecuencias.
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