A continuación, le nombremos algunos de los causantes:
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- Usar zapatos apretados: utilizar calzado que en la parte de adelante es más cerrada resulta afectando a los dedos de los extremos, siendo el pulgar un dedo más gordo, resiste más la compresión, pero el meñique, por su tamaño, es más vulnerable y termina por encorvarse.
- Tropiezos: esta causa es la más común, seguramente todos han sufrido algún golpe contra el borde de una cama, puerta o mesa, pues este impacto termina por deformar el dedo.
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- Herencia: ya se sea por parte de padres o abuelos puede hacer que las falanges del dedo pequeño estén fusionadas o semi-unidas, lo que causa que este se atrofie o desvíe.