
Cada vez son más las personas que buscan alternativas efectivas para mejorar su salud sin recurrir a entrenamientos de alto impacto. Los hipopresivos han emergido como una técnica innovadora que no solo ayuda a reducir el abdomen, sino que también mejora la postura, fortalece el suelo pélvico y equilibra el sistema nervioso.
Para entender mejor de qué se trata este método, Blu Radio habló con Paula Padilla, instructora certificada en hipopresivos.
¿Qué hace a los hipopresivos diferentes de otros ejercicios?
“Es un sistema de entrenamiento que disminuye el perímetro abdominal, desinflama y aplana la zona. Pero lo más importante es lo que hace adentro: mejora la incontinencia, el estreñimiento e incluso la prostatitis en hombres. Además, ayuda con ansiedad, depresión y angustia, gracias a la respiración diafragmática, una de sus bases principales”, explica Paula.

A diferencia de otros ejercicios abdominales, los hipopresivos trabajan con la activación del core y la respiración profunda, lo que los hace ideales para cualquier persona, sin importar su nivel de condición física.
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¿Quiénes pueden hacer hipopresivos?
Aunque los hipopresivos han sido populares entre mujeres, Paula aclara que también son una gran herramienta para los hombres.

“Ayudan con el desempeño sexual, mejoran la salud prostática y alivian molestias lumbares. Además, la reeducación postural que hacemos devuelve el espacio entre los discos vertebrales, reduciendo dolores de espalda”, agrega.
Más allá de los beneficios visibles, los hipopresivos también actúan a nivel energético y mental.

“Durante la práctica estamos completamente presentes. La respiración diafragmática activa el sistema nervioso central, lo que equilibra el cuerpo. Además, se trabaja con el diafragma, conocido como el ‘órgano de la felicidad’, lo que conecta con el chakra del corazón y el plexo solar”, señala la experta.
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¿Cómo empezar?
“Lo más importante es aprenderlo bien, con un instructor calificado. Si sabes respirar, puedes hacer hipopresivos. Solo necesitas tu cuerpo, aprender la respiración diafragmática y las pautas posturales”, recomienda Paula.