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El dueño y creador de la ivermectina lo dice: no, no sirve para tratar el coronavirus

La farmacéutica Merck, que descubrió la ivermectina y es dueña de la licencia del medicamento, negó que exista evidencia científica que permita afirmar que el producto tiene efectos positivos en el tratamiento del COVID-19.

Peligros de la ivermectina
Peligros de la ivermectina
Foto: Ministerio de Salud de Paraguay / composición BLU Radio

La farmacéutica Merck, que descubrió la ivermectina y es dueña de la licencia del medicamento, negó tajantemente que exista evidencia científica que permita afirmar que el producto tiene efectos positivos en el tratamiento del COVID-19.

En un firme comunicado, dejó en claro que no hay base científica en cuanto a un posible efecto terapéutico contra COVID-19 de estudios preclínicos, que no hay evidencia significativa de actividad clínica o eficacia clínica en pacientes con la enfermedad COVID-19 y que en la mayoría de los estudios que se han realizado hay una preocupante falta de datos de seguridad.

"No creemos que los datos disponibles respalden la seguridad y eficacia de la ivermectina más allá de las dosis y poblaciones indicadas en la información de prescripción aprobada por la agencia reguladora", comunicó Merck.

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Es un antiparasitario

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La ivermectina es un medicamento barato para uso veterinario y humano utilizado contra parásitos, como la sarna, la oncocercosis y los piojos.

Sin embargo, si bien un estudio australiano publicado en abril de 2020 observó una eficacia in vitro (en laboratorio) de la invermectina contra el virus SARS-CoV-2, esta no está demostrada en el hombre, puesto que hasta ahora los ensayos fueron limitados y con muchos sesgos.

Además, muy a menudo los tratamientos in vitro no pueden trasladarse al ser humano, especialmente porque no pueden administrarse las mismas concentraciones de medicamentos.

Afirmaciones sobre los supuestos beneficios de la ivermectina proliferaron especialmente en los últimos meses en América Latina. El 5 de enero, el presidente brasileño Jair Bolsonaro, que ya había promovido la hidroxicloroquina como medicamento eficaz contra el COVID-19, defendió el uso de la ivermectina en Twitter.

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La hidroxicloroquina es también un medicamento antiparasitario promovido al principio de la pandemia igualmente por otros dirigentes como Donald Trump, pero cuya eficacia tampoco fue probada por la ciencia.

Para apoyar ambos medicamentos se emplea a menudo la misma retórica en las redes sociales, según la cual las autoridades los ignoran porque son baratos y por tanto no rentables para la industria farmacéutica.

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Estudios "poco concluyentes"

En Francia, los políticos euroescépticos Nicolas Dupont-Aignan, François Asselineau y Florian Philippot reclamaron la semana pasada al ministro de Sanidad, Olivier Véran, información sobre los tratamientos posibles del COVID-19, citando la hidroxicloroquina, la vitamina D y la ivermectina.

En realidad, "la mayoría de estudios clínicos (publicados) recientemente sobre el tema son poco concluyentes, la mayoría son o bien prepublicaciones no validadas por colegas, o bien, cuando son publicados, se trata de estudios con sesgos metodológicos de manera que los resultados son difícilmente interpretables y no permiten sacar conclusiones", resume la Sociedad Francesa de Farmacología y de Terapéutica.

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La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), su homóloga sudafricana (SAHPRA) y las autoridades sanitarias mexicanas también afirmaron públicamente que la ivermectina no se considera como un tratamiento anticovid, debido a la falta de datos científicos fiables y sólidos.

"Para estar seguro al 100% de la eficacia de un medicamento, hacen falta resultados de ensayos aleatorios controlados de mayor envergadura" de lo que se ha hecho hasta ahora, explica el profesor Kim Woo-joo, profesor del departamento de enfermedades infecciosas en el hospital universitario de Corea, en Seúl.

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