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El drama detrás de las apuestas digitales, una adicción pasiva que ataca en el peor momento

En Colombia como en el mundo entero, las apuestas deportivas están viviendo un auge inimaginable. ¿Qué puede implicar este juego?

Adicción apuestas digitales
Adicción apuestas digitales
Foto: AFP

Las apuestas deportivas son actualmente uno de los negocios con mayor crecimiento a nivel mundial, de tal forma que muchas de las casas de apuestas son patrocinadores oficiales de los mismos equipos en diferentes disciplinas.

Pero a esto hay que sumarle, la facilidad que ha brindado el internet, para que la comunidad a nivel mundial pueda apostar desde sumas muy inferiores, hasta grandes cantidades.

En Mañanas BLU 10:30, contamos con la opinión de Javier Lacort, podcaster y redactor de Xataca, medio digital de tecnología más importante en español.

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Explicó que una de las principales motivaciones en las personas que apuestan, es la corta capacidad económica, pues en un reportaje que realizó, habló de como las personas que no alcanzan a llegar a final de mes con sus ingresos económicos, son aquellos que más tendencia tienen a los juegos de azar.

A diferencia de aquellos con mayor comodidad económica, quienes tienden a ser menos propicios a las apuestas.
De igual forma, este crecimiento, genera daños colaterales, ya que, al moverse ciertas cantidades elevadas de dinero, se propicia la manipulación de resultados y corrupción para favorecer a algunas partes.

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Pero más que su crecimiento exponencial, una de las preocupaciones que implica esta situación, es la adicción pasiva, silenciosa con los respectivos perjuicios que genera.

Javier califica y compara las apuestas con la heroína, una de las drogas artificiales más adictivas.

Su explicación radica en la diferencia que tiene un adicto a una sustancia y un adicto al juego, el primero puede reflejar señales más evidentes sobre el problema que tiene y así permite que las personas que lo rodean le puedan brindarle apoyo. Pero el segundo, padece una adicción silenciosa que solo da aviso cuando se está al borde del abismo económico.

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