
¿Duerme 8 horas y sigue cansado? Esta podría ser la razón, según especialista
Dormir 8 horas y seguir sintiéndose cansado puede ser una señal de un problema subyacente. Un especialista explica las posibles causas y cómo abordarlas.

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Dormir bien no siempre significa descansar adecuadamente. Millones de personas en el mundo padecen algún trastorno del sueño sin saberlo, lo que afecta su rendimiento diario, su estado de ánimo y hasta su salud a largo plazo.
Según la revista Sleep Medicine, el 76 % de las mujeres experimenta síntomas de alteraciones en el sueño , lo que sugiere una mayor vulnerabilidad en comparación con los hombres.
En Colombia, el panorama no es más alentador: el 59 % de la población sufre algún trastorno del sueño, y más del 40 % depende de medicamentos para lograr un descanso reparador , de acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño (ACMES).
Lina Monroy, coordinadora médica de Compensar, explicó que el sueño se divide en diferentes fases y que cualquier interrupción en este proceso puede afectar la recuperación del cuerpo y la mente.
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“El sueño reparador no solo depende de la cantidad de horas que dormimos, sino de que se cumplan todas las etapas necesarias para un verdadero descanso. Si alguna de ellas se altera, podemos experimentar cansancio extremo, problemas de memoria y un mayor riesgo de enfermedades crónicas”, adviertió la especialista.
Para mejorar la calidad del sueño, la experta recomienda adoptar los siguientes hábitos:
Monroy enfatizó que, si a pesar de estos cambios persisten las dificultades para dormir, es fundamental acudir a un especialista. “Muchas personas normalizan el mal sueño , pero este puede ser una señal de alerta de problemas de salud más graves. Consultar con un experto en medicina del sueño puede hacer la diferencia”, concluye.
Los expertos advierten que existen diversas alteraciones del sueño que pueden afectar la calidad de vida. Entre las más frecuentes se encuentran:
Estos trastornos pueden provocar fatiga persistente, dificultades de concentración, irritabilidad y, en algunos casos, aumentar el riesgo de enfermedades como hipertensión, diabetes y depresión.
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