Felipe Torres, médico cirujano especialista en medicina de regeneración celular, analizó en entrevista con BLU Radio la importancia de las impresoras 3D y su uso en la creación de órganos para seres humanos, luego de que esta semana investigadores de la Universidad de Tel Aviv crearan un corazón vivo que palpita utilizando tejido humano y una impresora de tales características.
Este avance, basado en la creación de “mallas específicas para darle un sostén a las células”, abre las vías hacia los trasplantes del futuro, dijo Torres, quien considera que “tener ese corazón funcional puede estar en cinco o seis años, de ahí a que se adapte al paciente es otro proceso”.
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"Estamos hablando de 350.000 a 400.000 dólares para llegar a producir un corazón que posiblemente sea funcional”, comentó sobre el costo estimado de este adelanto tecnológico.
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En su momento, los investigadores que lograron el avance informaron que el corazón "está completo, vivo y palpita" y ha sido hecho con "células y biomateriales que vienen del propio paciente. Tomamos una pequeña biopsia de tejido graso del paciente, quitamos todas las células y las separamos del colágeno y otros biomateriales, las reprogramamos para que sean células madre y luego las diferenciamos para que sean células cardiacas y células de vasos sanguíneos", según explicó el director de la investigación, profesor Tal Dvir.
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El producto resultante, un corazón de unos 3 centímetros, equivalente al tamaño del de una rata o un conejo, "todavía es muy básico", señala el profesor, para quién "el próximo paso es madurar este corazón de modo que pueda bombear".
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