
El 14 de abril, al finalizar la plenaria, los concejales de Bucaramanga Jorge Édgar Flórez Herrera y Carlos Felipe Parra Rojas intercambiaron pullas e hicieron insinuaciones obscenas con sus manos, lo que provocó que, en medio del público presente en el recinto, ambos tuvieran que ser apartados.
Al parecer, uno de ellos insinuó que el otro tendría nexos oscuros dentro de la administración municipal, lo que avivó la confrontación.
Esta situación llevó a la Procuraduría General de la Nación a formularles cargos por actos irrespetuosos en el Concejo Municipal, ya que durante el altercado utilizaron términos ofensivos, peyorativos e irrespetuosos, incitando incluso a un posible enfrentamiento físico.
En particular, el Ministerio Público cuestionó la actitud de Carlos Felipe Parra Rojas por su postura desafiante y provocadora al dirigirse a Jorge Édgar Flórez Herrera, lo que habría llevado a este último a levantarse de su asiento para responderle en términos igualmente irrespetuosos.
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La Procuraduría consideró que, con esta conducta, ambos concejales habrían violado su deber funcional de mantener el respeto debido a las personas con las que interactúan en el ejercicio de su función pública, especialmente en un espacio como el Concejo Municipal, donde se espera una actitud de respeto y cordialidad.
El ente de control subrayó que los concejales son servidores públicos y, como tales, deben actuar conforme a la normativa vigente, manteniendo siempre el respeto y la dignidad que exige su cargo.
El incumplimiento de este deber ha sido considerado una falta grave, cometida con culpa grave, según la calificación de la Procuraduría.