En Santander, la crisis que generó el presidente Gustavo Petro al negar la entrada de migrantes colombianos provenientes de Estados Unidos y que fue superada, sembró temor y preocupación en el sector económico.
Isabel Cristina Rincón, doctora en administración y directora nacional de Relaciones Públicas de la Universidad de Santander (UDES), calificó de “lamentable” la postura del presidente. Según Rincón, Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia, con exportaciones que incluyen flores, alimentos y café.
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“Somos un país con una economía manufacturera, y lo que ha sucedido es irresponsable. Con unos trinos, el presidente puso en jaque a la economía colombiana, generando incertidumbre para los colombianos, especialmente en un contexto de dependencias comerciales tan significativas”, destacó.
Además, expresó su preocupación por las decisiones impulsivas, como el anuncio de un posible aumento de aranceles del 50 %, lo cual calificó como una barbarie económica.
Rincón hizo un llamado a la sensatez y responsabilidad por parte del presidente Petro a una reflexión sobre las consecuencias de tales medidas para la economía del país.
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Por su parte, Juan Pablo Remolina, director de Prosantander, también se mostró alarmado por los comentarios del presidente y resaltó que las relaciones diplomáticas no deben gestionarse desde el ego ni por medio de redes sociales.
“Las consecuencias económicas de esta situación serían devastadoras, especialmente para la región santandereana, que ya enfrenta un rezago en su crecimiento económico. Un deterioro de las relaciones comerciales con Estados Unidos tendría repercusiones inmediatas, como mayor desempleo, pobreza y un incremento en la informalidad laboral”, indicó Remolina.
El director de Prosantander añadió que sectores estratégicos como los hidrocarburos, representados por empresas como Ecopetrol, y otros más pequeños como los exportadores de cítricos, se verían severamente afectados por las barreras comerciales. Para la región, que no es un gran exportador, el impacto sería aún mayor, pues sus productos tienen poco valor agregado y las relaciones comerciales con Estados Unidos son clave para el desarrollo económico.
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Ambos expertos coincidieron en la necesidad de actuar con prudencia y responsabilidad para evitar un daño irreparable a la economía colombiana.