Bucaramanga no duerme. Las calles están pintadas de amarillo, y los aficionados del Leopardo han convertido la ciudad en una fiesta interminable. No es para menos. Después de 27 años de espera, el Atlético Bucaramanga
vuelve a la Copa Libertadores, el torneo de clubes más prestigioso de Sudamérica. La gesta se hizo realidad gracias al histórico título de la Liga BetPlay 2024, un logro que sacudió el corazón de Santander y consolidó al equipo en la élite del fútbol colombiano.
Los dirigidos por Leonel Álvarez han sido emparejados en un grupo desafiante, enfrentando a Racing Club de Argentina, Colo-Colo de Chile y Fortaleza de Brasil. Un camino espinoso, pero que la hinchada asume con la misma pasión con la que celebró el título liguero.
"Soñamos con la gloria", dice un aficionado con los ojos brillantes, mientras ondea su bandera en la glorieta del estadio, junto al nuevo monumento del ‘Leopardo’.
"Si ya hicimos historia en Colombia, ¿por qué no hacerlo en Sudamérica?", agrega.
El regreso a la Libertadores evoca recuerdos de 1998, la primera incursión del Bucaramanga en el torneo. En aquel entonces, el equipo clasificó como subcampeón del torneo colombiano de 1996/97 y compartió grupo con el América de Cali, Barcelona de Guayaquil y Deportivo Quito. Un 25 de febrero de ese año, el debut fue vibrante: un empate 2-2 contra el América en el Pascual Guerrero. Gustavo Restrepo y Manuel Galarcio anotaron los goles que ilusionaron a una hinchada ansiosa de gloria internacional.
El camino no fue sencillo. Derrotas en Ecuador pusieron en jaque la clasificación, pero el equipo reaccionó en casa. Con un estadio Alfonso López a reventar, los Leopardos vencieron a Deportivo Quito 2-0 y a Barcelona 1-0, consiguiendo el boleto a los octavos de final con siete puntos. La ilusión se apagó ante Bolívar, cayendo 1-2 en casa y 1-0 en la altura de La Paz. Sin embargo, el sueño de Libertadores había quedado sembrado en la memoria de una generación que hoy vuelve a soñar.
El Atlético Bucaramanga es sinónimo de resiliencia. Fundado en 1949, el club ha vivido altibajos, descensos y ascensos, pero siempre ha regresado con la fortaleza de un equipo que representa el espíritu luchador de su gente. Su rivalidad con el Cúcuta Deportivo, en el Clásico del Oriente Colombiano, es parte de su ADN, pero hoy el reto es otro: demostrar que el título de 2024 no fue casualidad y que el equipo está listo para medirse ante los gigantes del continente.
Hoy, la ciudad late al ritmo del fútbol. Los murales con la imagen de los campeones decoran las paredes, las camisetas amarillas inundan cada esquina y la ilusión de miles de corazones palpita con una sola pregunta: ¿Hasta dónde llegará EL Atlético Bucaramanga en esta Libertadores? El tiempo dirá si este sueño se convierte en leyenda, pero una cosa es segura: en Bucaramanga se respira fútbol.