Hacia las 12 del mediodía, dos hombres que portaban armas blancas ingresaron hasta un parqueadero en donde se encontraba el sacerdote Ramón Montejo, de 45 años de edad, y asesinaron a quien hacía parte de la Diócesis de Ocaña, Norte de Santander .
El presbítero llegó al lugar para sacar la camioneta y tomar rumbo hacia el corregimiento de Buenavista, en el municipio en donde prestaba sus servicios como sacerdote de esa comunidad devota a la Virgen de la Candelaria y Santa Lucía.
Cuando estaba a punto de subirse al carro, los dos hombres lo atacaron por la espalda con armas blancas y le ocasionaron varias heridas. En el forcejeo, al parecer, el sacerdote cayó al piso y en la huida, los delincuentes se subieron al carro y luego de colocarlo en marcha, pasaron por encima de la humanidad del reverendo, que murió en el lugar de los hechos.
El hecho se registró puntualmente en el barrio Jesús Cautivo de Ocaña y tras el aviso de la comunidad, la Policía Nacional dispuso de un plan candado y encontró la camioneta en el barrio San Fermín, a unos tres kilómetros del parqueadero en donde cometieron el hurto y homicidio. En ese mismo lugar, las autoridades capturaron a uno de los presuntos autores del hecho.
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El sacerdote Ramón Montejo se destacó durante su vida espiritual por la entrega y devoción a la iglesia, según lo dice un escrito que emitió por estos hechos la Diócesis de Ocaña. Además participó en varias gestiones humanitarias para traer de vuelta a la libertad a ciudadanos que se encontraban secuestrados en la zona del Catatumbo.