En un ataque sicarial falleció un abogado de 30 años en un establecimiento comercial, ubicado en la carrera 27 con calle 9, barrio La Universidad de Bucaramanga. Según las autoridades, llevaba un importante caso y habría recibido amenazas contra su vida.
El abogado Edgar Felipe Vargas, de 30 años, habría salido a compartir con unos amigos a un establecimiento de la ciudad ubicado en el barrio La Universidad, sin tener en cuenta las amenazas de muerte que habría recibido contra su vida. Cuando se encontraba en el lugar, llamó a su novia, que estaba reunida con varios amigos, para que se acercara allí.
De acuerdo con información suministrada por las autoridades, Vargas estaba hablando afuera del lugar cuando se acercó un hombre que tenía un buzo de color negro, pantalón jean azul, casco cerrado de color negro, a bordo de una motocicleta NKD de color negro, de placas DJC-50H, quien, sin mediar palabras, disparó en repetidas ocasiones contra Felipe Vargas. Varios proyectiles impactaron en su cuerpo y los demás en la pared del lugar. Ninguno de los que estaba en el sitio salió herido.
Los amigos y la novia, como pudieron, lo trasladaron al Hospital Universitario de Santander. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, llegó sin signos vitales.
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Una vez el agresor cometió el hecho, huyó del lugar con rumbo desconocido, sin contar que cuadras más adelante la motocicleta falló y la dejó abandonada cerca de un edificio de la zona.
Autoridades activaron el plan candado y, por las cámaras de vigilancia del edificio donde se averió la moto, sumadas a las del establecimiento comercial, se logró identificar al hombre que cometió el hecho y tiene orden de captura.
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La motocicleta utilizada habría sido robada en días anteriores. El proceso por el cual habría recibido amenazas de muerte era el cobro de unas letras de cambio por el valor de 180 millones de pesos, que le había dado poder un prestamista para hacerlas efectivas. Según las autoridades, esto habría sido el detonante para cometer el delito.
La Policía recomienda a las personas no hacer caso omiso de amenazas de muerte y denunciar estos hechos ante las autoridades competentes.