Las autoridades de Bucaramanga están llevando a cabo una evaluación de las familias que han llegado desplazadas a la ciudad, con el fin de verificar que efectivamente provienen de las zonas afectadas por el conflicto armado en el Catatumbo y otras regiones cercanas.
Hasta el momento, 78 familias provenientes del Catatumbo, en su mayoría desde Ocaña, han arribado a Bucaramanga. Sin embargo, también han llegado desplazados del Magdalena Medio y del sur de Bolívar, zonas donde los enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo han generado graves consecuencias.
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Según el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, la información entregada por la Defensoría del Pueblo es que "el 20 % de las familias desplazadas provienen del Magdalena Medio, mientras que las demás llegan de Ocaña, huyendo del conflicto".
Este proceso se realiza en respuesta a las denuncias sobre falsas familias desplazadas que están tratando de acceder a las ayudas humanitarias destinadas a los verdaderos afectados por la violencia.
El mandatario local expresó su preocupación por la falta de medidas contundentes a nivel nacional para abordar esta crisis.
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"Nos preguntamos qué está haciendo el Gobierno nacional para enfrentar esta situación, porque de nada sirve que nosotros nos preparemos para recibir a las personas desplazadas si no hay decisiones desde el Gobierno central para mitigar este riesgo", afirmó Beltrán.
De manera coordinada con los entes de control y las autoridades competentes, Bucaramanga está trabajando para brindar ayuda humanitaria a estas familias.
Se espera que las personas desplazadas puedan regresar a sus lugares de origen una vez que la situación de seguridad en sus comunidades se estabilice.
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La situación es aún más compleja debido a la llegada no solo de desplazados del Catatumbo, sino también de personas del Magdalena Medio y el sur de Bolívar, que huyen de las amenazas de grupos armados ilegales y del temor a masacres como la ocurrida recientemente en el departamento de Norte de Santander.