Tras cuatro reuniones en el marco de los diálogos regionales de paz quedó listo para la revisión del alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, el borrador del protocolo del desminado humanitario que, en un comienzo, se ejecutará en tres municipios del suroccidente de Nariño.
El documento, que tiene diez páginas, fue elaborado con mucho cuidado por funcionarios de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el Ministerio de la Defensa, la Gobernación de Nariño y el Frente Comuneros del Sur.
Este protocolo marco, que está ya en revisión del Gobierno Nacional, permite que en Nariño comience el desminado humanitario en el marco de los compromisos adquiridos en la instalación del primer diálogo social con la población civil que se cumplió el pasado nueve de marzo del 2024.
Este documento quedó finiquitado a las puertas de que el Alto Comisionado para la Paz anuncie cuál es el paso a seguir con el Frente Comuneros del Sur, luego de que esta agrupación rebelde decidiera declarar la ruptura con el Coce y la dirección nacional de la guerrilla del ELN.
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Inicialmente se conoció que los municipios a intervenir por un equipo interinstitucional de la Acción Integral Contra Minas Antipersonal, el Ministerio de la Defensa, la Gobernación de Nariño y el Frente Comuneros del Sur son Samaniego, La Llanada y Santa Cruz de Guachavés, en el suroccidente de Nariño, donde los habitantes de 33 veredas han manifestado su temor por los campos minados.
Aunque en el documento no se establece un período fijo para lograr la descontaminación de la zona, lo que sí quedó claro es que los resguardos indígenas y veredas tendrán prioridad para lograr que los más de dos mil habitantes puedan retornar a sus fincas a trabajar.
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El Frente Comuneros del Sur deberá garantizar el ingreso de los funcionarios asignados y, en conjunto, se realizará un mapeo de las áreas donde fueron sembradas las minas antipersonal.
Líderes sociales del suroccidente de Nariño celebraron la construcción de dicho protocolo y manifestaron que tienen fe y esperanza en que ya no habrá más víctimas por la utilización de esos artefactos no convencionales que han cobrado la vida de un gran número de campesinos y han dejado a otros mutilados.