Entre lágrimas, el concejal de Tuluá Javier Jaramillo anunció su renuncia a su curul, tan solo una semana después de haber dimitido a su posición como Presidente de esta corporación. La decisión la dio a conocer el mismo cabildante, en medio de la sesión del Concejo, donde es estaba realizando el proceso de elección de la nueva mesa directiva para el resto del 2024.
Esta elección se realizaba por dos razones, una la dimisión de Jaramillo a la presidencia, y la segunda, porque aún no se había elegido a un primer vicepresidente del Concejo, tras el asesinato de Carlos Arturo Londoño.
Si bien señaló que su decisión se debe a razones personales y profesionales, también hizo una cruda referencia a la actual situación que atraviesa el municipio que ha impedido el cumplimiento pleno de su función como concejal.
"Mi rol este año se ha visto truncado por la situación actual que vivimos en nuestro municipio, llevándome en ocasiones a alejarme de quienes han depositado su confianza para que los represente y por lo cual se vuelve más compleja nuestra labor de ser interlocutores y gestores de los intereses de la ciudadanía, lo que genera impotencia al no poder hacer lo cotidiano", indicó Jaramillo.
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Cabe señalar que Javier Jaramillo fue uno de los concejales que más le solicitó al gobierno nacional apoyo y protección, luego de los asesinatos de sus compañeros Eliecer Ávila y Carlos Arturo Londoño, señalando que nunca se les brindó garantías de seguridad, ante la inminente amenaza de la banda criminal La Inmaculada.