Legalizan la captura del escolta de la UNP por transportar municiones ilegalmente

Medida de aseguramiento en establecimiento carcelario contra Juan Camilo Salazar Rodríguez, escolta de la UNP, y detención preventiva domiciliaria contra Jean Carlo Segura Angulo, dictó una jueza con función de control de garantías tras decretar legal la captura de los antes mencionados, en cuyo poder las autoridades encontraron cerca de 1.400 municiones de 9 milímetros que eran transportadas en una camioneta oficial asignada a la Alcaldía de Tumaco.

Blu Radio pudo establecer que, durante la audiencia, la representación de la Fiscalía narró los hechos en los cuales, al parecer, los dos imputados intentaron desviar la atención de las autoridades, manifestando que llevaban una donación para un puesto de salud.

A pesar de que la Fiscalía pidió que fueran enviados a la cárcel porque, según el ente acusador, este hecho afecta la seguridad ciudadana y por la gravedad de los hechos en los cuales se encuentra un funcionario de la UNP, la jueza tuvo en cuenta la situación de uno de los capturados, a quien la defensa demostró que era padre cabeza de familia, y concedió detención domiciliaria.

La captura de Salazar Rodríguez y Segura Ángulo se produjo el pasado miércoles 7 de agosto en la vía que de Tumaco conduce a Pasto, en donde unidades de la Fuerza de Tarea Hércules instalaron un puesto de registro y control.

Los militares hicieron señales de pare a la camioneta blindada para una revisión, en donde encontraron cerca de 1.400 cartuchos para pistola de nueve milímetros y un arma, sin que los ocupantes del automotor lograran justificar la procedencia del arsenal, dijo un portavoz castrense que pidió el anonimato.

Tras la inspección del automotor, las autoridades hallaron varios bultos de una sustancia que, al parecer, sería detergente, el cual, de acuerdo con la versión de los capturados, sería una donación para un puesto de salud.

Sin embargo, dice el relato de la Fiscalía, debajo de los bultos, los militares encontraron un total de 28 cajas de munición, la cual, según Salazar y Segura, iba a ser utilizada en un ejercicio de polígono de tiro por parte de una empresa de vigilancia privada.