En Tadó, Chocó, se encuentra la mujer más pequeña de Colombia y, probablemente, del mundo. Yorleana Mosquera Gómez, a sus 20 años, mide 58 centímetros y cada día afronta diferentes dificultades o dolencias en su vida. Además, vive en un pueblo donde hay mucha pobreza.
Los informantes presentó la impresionante historia de Yorleana Mosquera, quien podría ser la mujer más pequeña del mundo, pues, según el Guinness World Récords, la que ocupa esta distinción es la india Jyoti Amge con 62,8 cm.
Durante toda su vida ha tenido que enfrentarse a la adversidad debido a su condición, que la ha llevado a vivir en la marginación y el olvido. Nació el 1 de agosto de 2004, y desde entonces ha luchado por sobrevivir en un mundo que no la comprende.
Su madre, Rosa, ha sido su mayor apoyo y ha trabajado incansablemente para sacar adelante a sus tres hijas. Sin embargo, la falta de recursos y de atención médica adecuada ha sido un gran desafío. Desde pequeña, Yorleana ha enfrentado diferentes teorías sobre las causas de su pequeña estatura, desde una caída cuando era bebé hasta un posible maleficio.
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A pesar de todos estos obstáculos, Yorleana ha demostrado una fuerza y valentía admirables. A pesar de las dificultades físicas que enfrenta, siempre mantiene una sonrisa en su rostro y busca la manera de ser feliz. Aunque no sabe leer ni escribir, su memoria es sorprendente y su capacidad para encontrar momentos de alegría es inspiradora.
Sin embargo, su condición de enanismo le ha traído muchos desafíos. Yorleana no puede caminar ni sostenerse sola, por lo que depende de la ayuda de quienes la rodean. Además, su salud se ve afectada debido a su falta de movilidad y a su peso. Su madre y los miembros de su familia hacen todo lo posible por cuidarla, pero la falta de recursos y la precaria situación en la que viven hacen que cada día sea una lucha constante.
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A pesar de todas estas dificultades, Yorleana sigue luchando y encuentra consuelo en la amistad y el amor de aquellos que la rodean. Aunque su futuro es incierto, se espera algún día pueda tener acceso a atención médica adecuada y a una educación que le permita desarrollarse plenamente. Sin duda, es un ejemplo de valentía y resiliencia, y su historia inspira a todos los colombianos a enfrentar los propios desafíos.