Después de cinco largos años de estar en una cárcel, un joven recobró su libertad y volvió a compartir con su familia, luego de haber sido señalado como culpable de un homicidio que nunca cometió contra una mujer.
Se trata de Álex Cortés Borja, quien no descansó para demostrar su inocencia y salir de los barrotes de esa cárcel que le quitaron cinco años de su vida.
Noticias Caracolconoció que en junio del 2018, en Cali, la vida de este joven dio un giro inesperado. Por tener rasgos parecidos al sicario (raza negra y delgado) y, según su defensa, por una fotografía que le tomó la Policía, como prueba del caso, lo acusaron y luego enviaron a la cárcel bajo una condena de 35 años.
La justicia debe replantearse, porque sin pruebas no te pueden meter a una cárcel y a una condena tan alta, porque yo estaba condenado a 35 años, yo pensé que la vida se me acababa
Cortés Borja terminó en la cárcel cuando solo tenía 23 años, ahora, a sus 28, recobró su libertad y reconoce que sintió que la vida se le derrumbo, incluso, cuando estuvo preso, tuvo momentos de depresión y pensó en quitarse la vida.
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"No tengo rencor contra la madre de la víctima, porque también sé que ella también fue víctima", relató Álex, quien espera retomar su carrera de ingeniería industrial y, por su puesto, recuperar el tiempo perdido.
¿Cómo comprobó su inocencia?
Gracias al trabajo realizado por el colectivo Justicia Racial, se logró recopilar videos en los que se veía a Álex Cortés en otro lugar, diferente en donde se cometió el asesinato contra una mujer.
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Para Alí Bantú Ashanti, abogado del colectivo Justicia Racial, se trató de un caso de "falso positivo judicial" y, además, según él, también evidencia el racismo que hay en la rama judicial.
"Él es un joven negro de Cali, que en su haber no tenían ni un solo antecedente penal", añadió el abogado.
Asimismo, se necesitó el testimonio de cinco testigos para respaldar el proceso que se realizó en los últimos dos años y así revalidar los videos que había conseguido la defensa del joven.
Emotivo reencuentro con su familia
En su casa, en Cali, varios de sus familiares lo estaban esperando con los abrazos abiertos después de pasar cinco años sin verlo, sin compartir con él. Las lágrimas, los gritos de felicidad y los aplausos fueron muy efusivos por tener de nuevo, en el seno de su hogar, a este joven, acusado injustamente.
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