Durante los primeros cinco meses del año ya son más de mil los colombianos deportados de Panamá principalmente por buscar cruzar irregularmente por este país rumbo hacia los Estados Unidos.
El endurecimiento de la políticas migratorias tras la llegada al presidencia del vecino país por parte de José Raúl Mulino ha generado preocupación en Colombia frente al recrudecimiento de la situación humanitaria en zonas como el Urabá antioqueño y chocoano como sitios de tránsito.
El director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, cuestionó estas posturas y aseguró el Gobierno panameño en cabeza de Mulino no ha entendido la migración.
"Lamentablemente el gobierno panameño no ha entendido el tema de la migración, el nuevo presidente, porque el anterior lo entendía como un país de paso, porque es que lo que hay que entender es que el migrante es una persona que en su país no pudo lograr las oportunidades para vivir", manifestó Bolívar.
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Frente a la problemática que sigue en esta zona, el mismo funcionario reveló que el próximo 7 de junio visitará junto con la vicepresidente Francia Márquez el municipio de Acandí (Chocó), para seguir conociendo las necesidades de estas personas que a diario se enfrentan a travesías como la de la selva del Darién.
De igual manera, Bolívar señaló que siguen recibiendo desde la dependencia proyectos de la administración municipal de Urabá para desarrollar obras que potencien a estas localidades como destinos turísticos y mejoren la calidad de vida de los habitantes históricos de las subregión.
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La Defensoría del Pueblo reveló que entre enero y el 15 de mayo del 2024 cruzaron la selva fronteriza (entre Colombia y Panamá), de acuerdo con Migración Colombia, 175.851 personas susceptibles a la condición de refugio y con necesidad de protección internacional. Del total, 118.397 eran venezolanos; 13.814, haitianos; 15.182, ecuatorianos, y 9404, chinos. El resto de la cifra la conformaron personas provenientes de países africanos y del Caribe.