Es tal la desesperación de los campesinos cocaleros en el Pacífico nariñense por la caída de los precios de la pasta de coca que el gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, se refirió al hambre e incertidumbre en la zona rural de Tumaco, considerada por las autoridades como una de las regiones en el Pacífico colombiano, donde hay la mayor cantidad de hectáreas sembradas con cultivos ilícitos.
El gobernador de Nariño le dijo a Blu Radio que la crisis de la economía ilegal no puede florecer en paros ni bloqueos de vías, además pidió al Gobierno nacional y a la comunidad internacional que escuchen ese “grito desesperado de hambre de la costa pacífica nariñense, donde en las zonas cocaleras están expulsando a las comunidades y obligándolas a desplazarse”.
Además, aseguró que estas comunidades están saliendo de esos territorios para buscar comida, razón por la que el departamento creará el banco de alimentos en los 24 municipios cocaleros para atender a las decenas de familias campesinas que hoy viven esta dura situación.
Por otro lado, advirtió que la tarea de la administración departamental, a través de la maqueta de un plan para la vida y la paz, es lograr que el Gobierno nacional aterrice la paz total con proyectos productivos y obras que por décadas los habitantes del Pacífico han esperado que el Estado colombiano cumpla.
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"Aquí la participación de las comunidades es fundamental", insistió el gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, quien consideró que el Gobierno nacional debe escuchar la voz de un departamento que se cansó de la guerra y de la economía ilegal, y ahora grita que quiere vivir en paz.
Escobar celebró la decisión de algunas comunidades que habitan a orillas de los ríos Chagüi, Guiza y Patía, que desde hace varios meses cambiaron sus cultivos de hoja de coca por cultivos de caña, plátano y yuca, a pesar de que no cuentan con el apoyo del Estado colombiano.
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“El grito de auxilio del jefe de la administración seccional” está respaldado por los campesinos, afrodescendientes en muchos caseríos, veredas y corregimientos de la zona rural de Tumaco que ya no ven la rentabilidad en la coca, pero ellos también advierten que mientras haya necesidades básicas insatisfechas no va a durar mucho el cambio de lo ilícito a lo legal.
"Por esta razón reiteró su llamado al Gobierno para que llegue al territorio con verdaderos proyectos productivos que impidan que estas comunidades que están dejando esas economías ilegales vuelvan y las retomen, lo cual sería grave para el departamento", precisó Escobar.
"Los habitantes del Pacífico nariñense y la cordillera han visto afectada su seguridad alimentaria en múltiples ocasiones por culpa de la caída de los precios de la hoja de coca, economía que no es de Nariño sino que aquí la impusieron personas foráneas haciendo un verdadero daño a esta región, que el 90 por ciento de su economía deriva de la producción legal agrícola", afirmó el gobernador de Nariño.
La situación que atraviesan los campesinos en los municipios con cultivos ilícitos genera una profunda angustia y desesperación entre los cultivadores. Frente a esta grave crisis humanitaria, no se puede permanecer pasivo. Por ello, el próximo diálogo social por la paz y la transformación del territorio se llevará a cabo en Tumaco. "Se está seguro de que toda la comunidad del Pacífico acompañará en este desafío de lograr la tranquilidad para la región, pero con una transformación genuina, y no con las promesas falsas que han prevalecido durante más de cinco décadas en esta región del suroccidente de Colombia", aseguró.
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