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"Apoyamos los diálogos pero todos tienen que cumplir": campesinos del Pacífico nariñense

Insisten que desde que comenzaron los diálogos se ha visto una reducción en la violencia y pidieron de otros grupos armados ilegales se sumen a la búsqueda de la salida política del conflicto.

Población de Pacífico nariñense
Población de Pacífico nariñense
Foto: Blu Radio

Campesinos, afrodescendientes e indígenas que viven en zonas del Pacifico en Nariño, donde hay una marcada presencia de grupos armados ilegales, dicen estar seguros que los diálogos de paz entre el Gobierno nacional y la Segunda Marquetalia, buscan el desescalamiento de la guerra.

BLU Radio llegó hasta caseríos y veredas en el Pacifico nariñense, donde sus habitantes aseguran que hay presencia de actores del conflicto pero advierten que la convivencia se hace bajo normas pactadas en común acuerdo y sostienen que tienen la fe y esperanza que esta segunda oportunidad las dos partes cumplan con lo que acuerden y permitan que el desarrollo llegue a este sector del pacifico nariñense.

Insisten que desde que comenzaron los diálogos se ha visto una reducción en los hechos de violencia y pidieron de otros grupos armados ilegales se sumen a la búsqueda de la salida política del conflicto.

"No podemos seguir enterrando más muertos ni salir corriendo al primer disparo, tenemos que apoyar y rodear este proceso de diálogos, pese a que vivimos en extrema pobreza", dijo Carmen, una madre de familia que hace años perdió a uno de sus familiares.

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Carlos, llego de Caquetá, huyendo de la guerra y dice que hace cinco meses esta trabajando en el Pacifico nariñense y dejó la hoja de coca para iniciar un proyecto de caña de azúcar el cual espera que su primera cosecha se de a finales de este año.

En estos corregimientos y veredas de los municipios del Pacifico nariñense, el común denominador es la falta de servicios públicos y vías de acceso porque la única que hay fue construida por los mismos campesinos con recursos propios como son el cobro de peajes en donde todos pagan hasta la misma guerrilla.

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Así sucede con el puesto de salud y escuela que alberga a por lo menos 150 menores edad y el sueldo de los maestros sale de los mismo campesinos, indígenas y afrodescendientes que fija una cuota la cual es administrada por el consejo comunitario o junta de acción comunal.

Las mingas comunitarias son los espacios donde estos habitantes ponen la mano de obra para mantener en buen estado la única vía que permite la salida y entrada de productos de la canasta familiar y evacuar los enfermos que son traslados hasta Tumaco en donde hay centros asistenciales de mayor complejidad.

"Recorrer esta zona del pacifico en Nariño es encontrar la otra Colombia que grita desesperadamente qué quieren vivir en paz y que ojalá los proyectos y obras que se vayan acordado en desarrollo de los diálogos de paz conlleve a la transformación de una zona de guerra a un sector productivo y lleno de vida", sostiene Jeremías, un campesino que llegó del Valle del Cauca en busca de mejores oportunidades para su familia.

Sin embargo, los campesinos se mostraron temerosos frente a los continuos sobrevuelos de helicópteros del Ejército y dicen que desde que se anunciaron los diálogos de paz estos movimientos de los militares aumentaron y temen por confrontaciones armadas en esas zonas olvidadas por el estado.

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