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Sueño de estudiar se convirtió en pesadilla para niña abusada por sus tíos en Cundinamarca

Los hechos ocurrieron entre 2018, 2019 y 2020 cuando la menor fue engañada con la promesa de un futuro mejor y la oportunidad de estudiar.

Abuso sexual / violencia sexual
Abuso sexual / violencia sexual/ imagen de referencia
Foto: Getty Images

En Mosquera, Cundinamarca, una joven de 16 años, cuyo sueño era estudiar y superarse, vivió una pesadilla inimaginable a manos de sus propios tíos. Alexander Motta y Paola Andrea Sequera fueron condenados a 30 y 28 años de prisión, respectivamente, por los delitos de trata de personas agravado, acceso carnal violento agravado, acto sexual abusivo con incapaz de resistir agravado y violencia intrafamiliar agravada. Los hechos ocurrieron entre 2018, 2019 y 2020 cuando la menor fue engañada con la promesa de un futuro mejor y la oportunidad de estudiar.

La joven relató en el juicio cómo sus tíos convencieron a sus padres de que ella se mudara de su hogar en El Playón, Santander, a Madrid, Cundinamarca, con la promesa de que podría continuar sus estudios, pues solo había hecho la primaria.

“Sí, esto había hablado con ellos, sobre que yo quería estudiar en el momento. Debido a las circunstancias de allá era bastante difícil salir a estudiar, y mi ilusión era terminar siempre el bachillerato. El estudio siempre me ha gustado, entonces debido a eso ellos aprovecharon de que yo quería eso y dijeron, bueno, nos la traemos para que después inicie a estudiar”, declaró la menor durante el juicio.

Sin embargo, lo que comenzó como una esperanza de superación se convirtió en un infierno. Tras los primeros dos meses, en los que recibió un trato amable, sus tíos la incomunicaron de su familia y la sometieron a trabajos forzados y abusos físicos y sexuales.

Transcurrido dicho lapso, la menor fue incomunicada con su familia, ejecutaron acciones de coacción física, sicológica y moral, explotándola para beneficio de la pareja a través de trabajo doméstico y servidumbre, obteniendo una labor no remunerada, así como provecho económico con los trabajos de mesera y vendedora a los que fue sometida
detalló el fallo judicial

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La joven también relató cómo fue obligada a trabajar en un restaurante en Madrid, donde sufrió maltratos físicos. “Me metieron a cocina por ser menor de edad, donde una señora, en un restaurante en el centro de Madrid. Ahí la señora, un día yo haciendo aseo, ayudándole a lavar, me dolía mucho el brazo, toda esta sección (señala del codo al hombro) lo tenía negro de morados, el codo lo tenía hinchadísimo porque me había golpeado el codo y era demasiado el dolor para mover mi brazo”, narró la víctima.

Además, la menor fue explotada económicamente. Trabajó vendiendo tortas y otros productos, pero no recibió ni un peso por su esfuerzo. “Después trabajé donde otro señor, trabajé donde don Carlos, donde solo trabajaba los domingos y toda la plata, cada peso, cada centavo lo tenía que entregar. Ella dijo que unas tortas, que las tenía que vender, yo salía a vender esas tortas todos los días, me daba cierta cantidad de horas, de tiempo y tenía que llegar y entregar la plata”, contó la joven.

El juez destacó en su fallo cómo los condenados aprovecharon las condiciones de vulnerabilidad de la menor y su familia para cometer estos crímenes. “Desde el inicio de su declaración, la niña pone de relieve las precarias condiciones socioeconómicas en las que se desenvuelve su vida, la falta de oportunidades y, en especial, su ‘ilusión’, su anhelo y deseo de ir, conocer, estar con sus tíos y cumplir el sueño de estudiar”, señaló el juez.

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