Un amplio dispositivo de seguridad está siendo desplegado desde las 9:00 de la mañana a las afueras del estadio Metropolitano de Barranquilla en la previa al partido entre Junior y Botafogo, en el cumplimiento de una nueva fecha de la Copa Libertadores.
Para esto fueron dispuestos 1.200 hombres y mujeres, los cuales se encargarán de velar por la seguridad de quienes asistan al encuentro deportivo, teniendo presente que el objetivo es evitar que se presenten nuevamente disturbios en las tribunas, como lo ocurrido el pasado sábado en las graderías sur en hechos que dejaron cuatro pesonas heridas.
Para esto será instalado un Puesto de Mando Unificado desde las 2:00 de la tarde, para posteriormente abrir las puertas del estadio de las 2:30. Además, el operativo contará con el apoyo de 400 personas más en el área de logística.
Entre otras estrategias, el ‘Metro’ estará protegido por 1.100 vallas de contención y 220 mallas de seguridad. Asimismo, estará prohibido el ingreso de elementos inflamables o de pólvora e, incluso, los láseres.
Otra de las trascendentales medidas adoptadas tiene que ver con el no ingreso de los miembros de la barra Roji Blanco Sur, la cual se encuentra sancionada, de manera indefinida tras lo ocurrido.
"Se va a realizar una denuncia penal para individualizar a la personas que presuntamente cometieron delitos. En ese sentido, la Policía publicará un cartel con los rostros de las personas que estuvieron involucradas en los disturbios, por los cuales se ofrecerá hasta 1 millón de pesos, a quien ayude a identificarlos", explicó Nelson Patrón, secretario de Gobierno de Barranquilla.
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En consecuencia, esta gradería se convertirá en "tribuna familiar" mientras dure esta sanción, a la que no podrán ingresarse trapos o elementos de las barras.
Adicionalmente no podrán acceder menores de 18 años ni a Norte ni a Sur y el servicio de cafetería para esta zona "permanecerá cerrado debido a un proceso investigativo que abrieron las autoridades correspondientes" a partir de los desmanes del pasado sábado.